Recomendaciones del Servicio de Nefrología para el cuidado del catéter de hemodiálisis

Recomendaciones del Servicio de Nefrología para el cuidado del catéter de hemodiálisis
 
El acceso vascular ideal para la hemodiálisis es la fístula arterio-venosa, ya que permite un flujo adecuado de sangre con una baja tasa de complicaciones, sin embargo algunas veces no disponemos de una fístula y es necesario recurrir al uso de un catéter (pequeño tubo plástico insertado en una gran vena del cuello o de la pierna) de manera temporal o permanente.
La principal complicación del catéter es la infección; para evitarla se recomiendan algunas medidas, entre las que destacamos: 
  • El catéter de diálisis sólo debe ser manipulados por el personal médico y de enfermería de la unidad de diálisis. 
  • El apósito o bolsa protectora que lo cubre no se puede mojar ni levantar.
  • Evitar que el catéter entre en contacto con cuerpos extraños.
  • Algunos pacientes alojan en las fosas nasales una bacteria que puede causar infecciones del catéter, llamada Estafilococo aureus. Para detectar la presencia de esta bacteria  se toman muestras de secreción nasal con cierta periodicidad y se cultivan. Si el resultado es positivo se trata con antibiótico en crema aplicado en cada fosa nasal para erradicarla. 
  • Los síntomas causados por la infección del catéter son: malestar general, sensación de frío, temblores,  fiebre, enrojecimiento del orificio de salida del catéter, supuración, etc. Si tiene alguno de estos síntomas debe acudir a Urgencias del Hospital General.  El tratamiento antibiótico temprano puede evitar futuras complicaciones, así como la retirada del catéter.

Otra complicación -aunque menos frecuente- es el sangrado. En tal caso se recomienda:

  • Comprimir la zona sangrante alrededor de 15-20 minutos o hasta que cese el sangrado.
  • Si el sangrado persiste, probablemente tenga que acudir a urgencias para ser valorado.

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