Historia de Celso

Escuela del Paciente Renal: Historia de Celso

 
«Cómo vivir con una enfermedad crónica en un país en desarrollo? Aceptar, luchar o desistir?!»
 
Yo soy Celso Mabjaia, tengo 28 años y estoy aquí porque padezco una enfermedad renal crónica, soy de La República de Mozambique, que se encuentra situada al sureste de África, a orillas del océano Índico. Limita al norte con Tanzania y Malawi, al noroeste con Zambia, al oeste con Zimbabwe, al suroeste con Swazilandia, al sur con Sudáfrica. Es una antigua colonia portuguesa (1.505) hasta 1975. Somos una Población: 22,5 millones de habitantes. Superficie: 783.080 Km², Capital: Maputo (once provincias). Después de la Independencia tuvimos 16 años de guerra civil (minas antipersonales), y la Población bajo el nivel de pobreza: 70%, con una tasa de mortalidad: 20,29 /1.000 habitantes y una tasa de alfabetización: Hombres: 63,5%; Mujeres 32,7%. La esperanza de vida al nacer: hombres: 41,62 años mujeres: 40,44 años.
 
Cómo vivir con una enfermedad crónica en un país en desarrollo?!
La primera dificultad de una persona cuando se encuentra enferma en un país como el mío es conseguir un diagnostico completo, porque para llegar a un médico es muy difícil y de ser posible tenemos que pasar por un puesto de salud, en el que muchas veces solo hay un enfermero que hace el papel de médico y por falta de información o desconocimiento, apenas puede recetar analgésicos o medicinas para las infecciones comunes como malaria u otras enfermedades tropicales. Si tienes suerte y encuentras un médico, habitualmente es un generalista (porque especialistas hay muy pocos o ninguno!!!) Por ejemplo cuando descubrí que tenía insuficiencia renal (2007), apenas había dos urólogos en la capital, encargados de tratar a las personas de todo el país. Lo peor es que muchos pacientes se mueren sin saber exactamente que padecían.
 
Después del diagnostico, tenemos dos posibilidades: aceptar y luchar o desistir. Aceptar y luchar es muy difícil, porque solo llegamos a saber que padecemos en estadios avanzados cuando ya estamos muy débiles y las posibilidades de poder convivir con la enfermedad y quizá vencer la lucha son escasas.
 
Desistir, es el camino más fácil, sobre todo cuando las personas no tienen los mínimos
recursos materiales para pagar las medicinas (es el caso de la mayor parte da población).
Luchar requiere mucha fuerza de voluntad y también mucha suerte, pues son los mismos médicos mozambiqueños los que recomiendan a la familia buscar soluciones en clínicas privadas dentro o fuera del país, pero hay muy pocas posibilidades de lucha sin recursos económicos.
 
La mayor parte de nosotros consigue dar un paso a delante, en el caso de un paciente con insuficiencia renal crónica, es peor porque no hay muchas esperanzas, apenas hay una unidad de con 10 maquinas de hemodiálisis para todo el país, no existe una enfermería de nefrología, y mucho menos una unidad de trasplante, o sea, tener una insuficiencia renal, es tener una sentencia de muerte a corto, medio o largo plazo, sin embargo, a pesar de estas dificultades no desistimos, luchamos porque tenemos fe ya que “mientras hay vida, hay esperanza…”
Celso Mabjaia

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