Consejos para el cuidado de la fístula arteriovenosa interna (FAVI)

Escuela del Paciente Renal: Consejos para el cuidado de la fístula arteriovenosa interna (FAVI)
 

Cuidados previos a la realización de la FAVI.

Los cuidados de la FAVI comienzan en una fase anterior a la realización de la misma, proporcionando la debida información al paciente, con inclusión de nociones generales sobre el acceso vascular (AV), descripción, utilidad y cuidados a aplicar; asimismo, se ha de preservar la red venosa superficial de los miembros superiores del paciente (Tabla), desde el mismo momento en que se sabe que éste puede necesitar tratamiento renal sustitutivo.
 
Tabla. Preservación de la red venosa del paciente

 
No puncionar las venas del brazo o antebrazo donde se vaya a realizar la fístula arteriovenosa (generalmente, la extremidad no dominante)
Realizar la punción con especial cuidado con la utilización de la aguja o palomilla más fina. Siempre se hará hemostasia cuidadosa, para evitar la formación de hematomas.
Utilizar las venas del dorso de la mano para las extracciones de sangre y colocación de vías intravenosas. En caso de no poder utilizarse estas venas, se puncionarán las de la zona cubital del antebrazo (borde interno con la palma de la mano al frente).
Evitar la colocación de vías intravenosas permanentes en la flexura del codo.
Realizar la gasometría arterial preferentemente en la arteria humeral, en la flexura del codo contralateral al brazo donde se vaya a realizar la fístula arteriovenosa. Hacer hemostasia cuidadosa con compresión de al menos 10 minutos.
 

Cuidados en el periodo posquirúrgico. Consejos al paciente
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  • Autocuidados higiénicos: No levantar el apósito en las primeras 48h, no mojar el apósito y cambiarlo si estuviera sucio o humedecido. Posteriormente, lavar el brazo implicado con agua y jabón, y mantenerlo seco. Cubrir la zona si existe riesgo de traumatismo o contaminación.
  • Autocuidados preventivos: Movilizar el brazo con suavidad evitando ejercicios bruscos, no permitir la toma de tensión arterial, cateterismos, administración de fármacos y punciones venosas o arteriales en el miembro portador de la fístula. Evitar vendajes salvo hemorragia. No dormir sobre el brazo del acceso, ni llevar ropa ni joyas que  puedan comprimir la FAVI.
  • De vigilancia: Palpando y explorando la FAVI, reconociendo el frémito, desde los primeros momentos posteriores a la cirugía, detectando si hay 
     variaciones, observando si hay cambios en la zona de la cirugía, color, dolor, inflamación, temperatura. Se aconseja aplicar calor seco y masajear suavemente la FAVI si percibe un leve descenso del frémito.
  • De cómo favorecer el desarrollo de su FAVI (a partir del tercer día):
     Para favorecer el desarrollo y madurez de la FAVI se recomienda la realización de ejercicios para la dilatación de la red venosa, tales como compresión manual de pelota para potenciar la musculatura del antebrazo (en FAVI de muñeca) y compresión del brazo para dilatación de la red venosa (en FAVI de codo).
  • Signos y síntomas de alerta: El paciente observará el acceso para detectar signos y síntomas de infección, como enrojecimiento, calor, dolor, supuración, etc., así como de isquemia, tales como frialdad, palidez, dolor, etc., comunicando a su centro de referencia cualquier duda con relación al acceso vascular. 


Periodo de maduración de la FAVI.

Desde la realización de la fístula hasta su utilización se producen cambios de dilatación y engrosamiento de las paredes del vaso arterializado en la FAVI. El 
periodo de maduración mínimo es de 4 semanas (dependiendo de las características del paciente y de su comorbilidad).
Durante este periodo, los autocuidados del paciente, su información, la vigilancia de los síntomas indicados con anterioridad y el seguimiento de las indicaciones son fundamentales.
El cuidado adecuado del AV favorece su maduración, previene la aparición de complicaciones y prolonga la supervivencia del mismo.

Julián González. Enfermero de la unidad de hemodiálisis del HGUV

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