Cinco temas que los nefrólogos y los pacientes se deberían plantear

1. No se recomienda el depistaje de cáncer en pacientes en diálisis con esperanza de vida limitada.
Debido a la alta mortalidad de la enfermedad renal en etapa terminal, la detección del cáncer, incluyendo mamografía, colonoscopia, antígeno prostático específico (PSA) y Papanicolaou en pacientes en diálisis con esperanza de vida limitada, no es rentable y no mejora la supervivencia. Además los falsos positivos de las pruebas pueden causar daño: procedimientos innecesarios, exceso de tratamiento, diagnóstico erróneo
y aumento de stress. Por ello, se debe hacer una evaluación individualizada de los pacientes con factores de riesgo de cáncer.
2. No se debe administrar agentes estimulantes de la eritropoyesis (AEE) a los enfermos renales con los niveles de hemoglobina mayores o
igual a 10 g / dl y sin síntomas de anemia.
La administración de AEE a los pacientes con insuficiencia renal crónica con el objetivo de normalizar los niveles de hemoglobina no está demostrado que mejore la supervivencia ni que aporte beneficio a la enfermedad cardiovascular.
Además, puede ser perjudicial si lo comparamos con un tratamiento más conservador que retrasa la administración de AEE o mantiene cifras entorno a 9-11 g / dL). AEE debe ser prescrito para mantener la hemoglobina en el nivel más bajo que reduzca al mínimo las transfusiones y mejor satisfaga las necesidades individuales de cada paciente.
3. Se debe evitar los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en los individuos con Hipertensión arterial, Insuficiencia cardiaca o Enfermedad renal crónica de todas las causas, incluyendo la diabetes.
El uso de AINES, incluyendo los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX-2), para el tratamiento del dolor, puede elevar la presión arterial, hacer que los medicamentos antihipertensivos sean menos eficaces, causar retención de líquidos y empeorar la función renal. Otros fármacos como el paracetamol o el tramadol pueden ser más seguros e igual de eficaces que los AINE.
4. No se debe colocar catéteres centrales de inserción periférica en los Estadíos III-V de la ERC sin consultar con un Nefrólogo.
La preservación del sistema venoso es fundamental en el Estadío III-V de la ERC. Las fístulas arteriovenosas (FAV) son el mejor acceso vascular para la hemodiálisis, con menos complicaciones y con una menor mortalidad, frente a los injertos o los catéteres. El exceso de punciones venosas supone la destrucción de los sitios potenciales de la FAVI, y la punción de la vena subclavia puede causar trombosis venosa y estenosis e inutilizar la zona para futuros accesos vasculares. La consulta temprana con nefrología aumenta la realización de FAV, evitando la colocación innecesaria de catéteres centrales.
5. No se debería incluir a un paciente en un programa de Hemodiálisis sin garantizar la toma de decisiones compartida entre los pacientes, sus familiares y sus médicos.
La decisión de iniciar diálisis debe ser parte de un programa individualizado, con una toma de decisiones compartida entre los pacientes, sus familiares y sus médicos. Este proceso debe incluir las metas individuales de cada paciente, así como las preferencias y la información sobre el pronóstico y los beneficios esperados.
Los escasos datos observacionales sugieren que la supervivencia no difiere sustancialmente en adultos mayores con alta comorbilidad que inician diálisis crónica en comparación con los manejados de forma conservadora.
Bibliografía:
www.choosingwisely.org
http://choosingwisely.org/wp-content/uploads/2012/04/5things_12_factsheet_Amer_Soc_Neph.pdf
American Society of Nephrology & ABIM foundation
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