Para los fumadores: Beneficios del abandono del tabaco

Para los fumadores: Beneficios del abandono del tabaco

El tabaco produce múltiples problemas de salud.  Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el tabaco provoca cerca de 50.000 muertes anuales en España por dolencias como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón y faringe. Por si esto fuera poco, el también es el factor de riesgo cardiovascular más importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población. Las posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo.

Entre estos efectos nocivos importantes, está la reducción de oxígeno que llega a los tejidos y la relación de esta reducción en la aparición de infarto de miocardio, eventos vasculares cerebrales y periféricos.

Fumar influye también en el metabolismo lipídico, elevando los niveles de colesterol y dañando el endotelio de los vasos sanguíneos. Igualmente, actúa elevando los niveles de glucosa en sangre, lo que puede traducirse en elevar las posibilidades de padecer diabetes mellitus.

¿En que consiste ser fumador?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera fumador a toda persona que ha fumado diariamente durante el último mes cualquier cantidad de cigarrillos, incluso uno.

¿Qué beneficios tiene dejar de fumar?
Dejar de fumar tiene claros beneficios para la salud. Después de dos días sin fumar ya no queda nicotina en el organismo, el sentido del gusto y el olfato mejoran mucho, la tensión arterial también se beneficia. Pasado un año, el riesgo padecer complicaciones cardíacas se reduce a la mitad en comparación con el riesgo de un fumador. A los diez años de haber abandonado el hábito de fumar las posibilidades de padecer un cáncer de pulmón también se reducen a la mitad.

El riesgo de mortalidad va descendiendo progresivamente desde la fecha del abandono, de manera que las personas que permanecen abstinentes 15 o más años tienen riesgo de mortalidad similar a los que no han fumado nunca.

Las personas que dejan de fumar notan que mejora su respiración y se cansan menos. Disminuye la predisposición a toser y contraer infecciones,  y  además, recuperan el sentido de gusto y olfato.

Además de mejorar la salud y la de los que rodean al fumador, el abandono del hábito supone una liberación de la dependencia que este genera y un ahorro económico a tener en cuenta.

Cari Martínez.

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