¿Influye la diabetes en mi presión arterial?

Está descrito que muchos pacientes con diabetes son además hipertensos. Esta asociación es mayor en los que tienen diabetes tipo 2 (del adulto), debido a que la mayor parte de ellos presentan lo que se ha dado en llamar «síndrome metabólico», el cual se caracteriza por la presencia de obesidad, elevación de la glucemia o diabetes, colesterol y triglicéridos alterados y también hipertensión arterial. Todas estas enfermedades comparten un mecanismo común que es una resistencia (falta de respuesta) a la acción de la insulina en diversos órganos y tejidos como son el hígado, músculo ygrasa corporal.
Es evidente, por tanto, que existe una interrelación directa y estrecha entre la diabetes y la hipertensión arterial: podríamos decir que la presencia de diabetes provoca un aumento de la presión arterial y la presencia de hipertensión arterial es un factor de riesgo de padecer diabetes.
El hiperinsulinismo «per se» puede ser responsable de regular la presión arterial a través de diferentes mecanismos:
- Facilitando la reabsorción de sodio y agua, con aumento del volumen intravascular.
- Promoviendo la activación del sistema nervioso simpático, con aumento en la producción de catecolaminas.
- Promoviendo la vasoconstricción de las arteriolas, a través de favorecer la sensibilidad de las mismas a estímulos vasoconstrictores y disminuir su sensibilidad a estímulos vasodilatadores. La síntesis de óxido nítrico puede estar condicionada por las modificaciones de la sensibilidad a la insulina.
- Favoreciendo la hipertrofia del músculo liso del vaso, bien por estimulación directa (efecto mitogénico sobre las células favoreciendo su proliferación) o bien a través de la acción del IGF-1.
- Por afectación en el funcionamiento de algunas bombas iónicas transmembrana (bomba sodio-protones, bomba sodio- KATPasa, bomba calcio-ATPasa).
Según diversos estudios en España tres de cada cuatro diabéticos son también hipertensos y cerca del 50% de las complicaciones de la diabetes son responsabilidad directa de la hipertensión arterial.
Esta es una asociación peligrosa ya que se suman los efectos negativos de la diabetes e hipertensión sobre determinados órganos diana como son el corazón, cerebro, vasos sanguíneos, ojos y riñones. Es por ello que en los diabéticos es tan importante conseguir un buen control de la presión arterial como de la glucemia, ya que ha sido demostrado en diversos estudios que el buen control de ambos factores reduce de manera importante el riesgo de padecer complicaciones.
En los diabéticos el objetivo de buen control de la presión arterial es más bajo que en la población no diabética. El objetivo es mantener la presión arterial por debajo de 130/ 80 mmHg.
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