Sal e hipertensión arterial

Sal e hipertensión arterial

Nos ha parecido interesante un folleto divulgativo elaborado por Francisco M.Adán Gil y patrocinado por la Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial entre otros, orientado a pacientes hipertensos respecto al consumo de sal.

La sal es el condimento más antiguo usado por el hombre.

La sal es necesaria para el buen funcionamiento del organismo: hidrata y regula los fluidos corporales, mantiene el pH de la sangre o ayuda a transmitir impulsos nerviosos y a la relajación muscular, pero para esto son suficientes pequeñas cantidades diarias. Por el contrario la ingesta excesiva de sal y el reducido aporte de potasio característicos de la alimentación del mundo occidental han condicionado -junto a la obesidad y al sedentarismo- un aumento progresivo de la incidencia y prevalencia. Cuando hablamos de “sal” nos estamos refiriendo al cloruro de sodio (ClNa) compuesto por un 60% aproximadamente de cloro que aporta el sabor salado y un 40% de sodio. Con esta proporción la sal constituye la mayor fuente de sodio de la dieta.

Para calcular los gramos de sal que tiene un alimento hay que multiplicar por 2,5 la cantidad de sodio que indica en su etiquetado procesados contienen la mayor cantidad de sodio de la dieta aportando hasta el 80% del mismo; en cambio en los alimentos naturales el contenido de sodio es sólo de un 10%. El otro 10% restante se agrega al cocinar o en la mesa.

Existe una relación directa entre mayor consumo de sodio y elevación de la presión arterial (PA). Igualmente una disminución en el consumo de sal conduce a un descenso de PA.

Recomendaciones para disminuir el consumo de Sal.

  • Leer la etiqueta de información nutricional de cada alimento y comparar entre los de su grupo eligiendo los que tengan menor contenido en sodio.
  • Siempre que sea posible preparar la propia comida, no añadiendo sal a los alimentos mientras se cocinan, limitando el uso del salero de mesa.
  • Buscar la forma de añadir sabor sin añadir sodio, usando hierbas o especias en vez de sal para sazonar los alimentos. Recomendar el romero, orégano, albahaca, pimienta, ajo, curry, vinagre o zumo de limón.
  • Consumir preferentemente alimentos frescos, en vez de enlatados o procesados que contienen siempre más sal.
  • Tener precaución con los vegetales, eligiéndolos frescos o congelados (sin salsa) y si son enlatados vigilar que sean bajos en sodio y sin sal añadida.
  • Aclarar los alimentos enlatados que contengan sodio, como las conservas, antes de usarlos.
  • Examinar los productos lácteos eligiéndolos preferentemente desnatados o bajos en grasa.
  • Escoger aperitivos y meriendas sin sal y aumentar el consumo de fruta de temporada.
  • Tener muy en cuenta los condimentos que a menudo contienen sal, usando preferentemente aceite de oliva y vinagre, frente a otros aderezos envasados.
  • Cuando se coma fuera de casa pedir que la comida sea preparada sin sal y que las salsas sean servidas aparte para poder controlar su cantidad, intentando reducir el tamaño de las raciones en general: menor cantidad de comida significa siempre menor cantidad de sal.

http://www.seh-lelha.org/pdf/SalyHTA.pdf

También te podría gustar...