La enfermedad renal crónica como factor de riesgo cardiovascular

La enfermedad renal crónica como factor de riesgo cardiovascular

Múltiples estudios han mostrado una relación entre la función renal disminuida y la morbi-mortalidad global de origen cardiovascular. El mayor riesgo cardiovascular de los pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) se explica tanto por la elevada prevalencia de factores de riesgo clásicos asociados como por la superposición con factores específicos de la uremia y, en el estadio 5, con otros relacionados con la diálisis o el trasplante. Los enfermos con ERC, al igual que ocurre con la diabetes, deban ser incluidos como pacientes de alto riesgo cardiovascular y considerados en cuanto a la terapéutica como objetivo de prevención secundaria. Estos pacientes tienen una alta prevalencia de calcificaciones vasculares, que son marcadores predictivos de mortalidad en diálisis. La ultrasonografía carotídea y el TAC espiral son las pruebas más adecuadas para su diagnóstico y seguimiento. El factor más importante relacionado con su presencia es la alteración del metabolismo calcio-fósforo. Se puede disminuir o frenar su progresión controlando la hiperfosforemia y el producto calcio-fósforo. La enfermedad coronaria es frecuente y condiciona una elevada mortalidad. La reducción de la mortalidad comporta la práctica de pruebas precoces de detección en pacientes candidatos a trasplante renal y en otros considerados de alto riesgo.

Los pacientes con ERC además del elevado riesgo cardiovascular asociado a su condición, presentan con frecuencia hipertensión, dislipemia y/o diabetes asociadas. Por eso es tan importante una detección precoz y un control exhaustivo de todos los factores de riesgo cardiovascular.

Rosa Borrás Vila.
Servicio Nefrología.
HGU Valencia.

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