Mitos, tópicos y falsas creencias en insuficiencia renal crónica

Muchas veces las personas que padecen una insuficiencia renal crónica tienen algunas ideas sobre el desarrollo y el manejo de su enfermedad que no son del todo exactas. En numerosas ocasiones son conceptos que les han comentado amigos, vecinos, otros pacientes, o los han leído de Internet, o son ideas arraigadas desde hace muchos años y que no tienen ningún fundamento. Los profesionales sanitarios tenemos una importante misión consistente en informar adecuadamente a los pacientes sobre su enfermedad y desterrar esas falsas creencias o mitos que circulan sobre la insuficiencia renal crónica, cosa que muchas veces por las prisas o el dar por supuestas ideas básicas, no se hace. En esta entrada hablaremos sobre las falsas creencias o mitos más frecuentes.
Me duelen los riñones
La insuficiencia renal no duele. El funcionamiento anómalo de los riñones podrá producir en fases muy avanzadas falta de apetito, náuseas, picores, pero nunca dolor. Las molestias que suelen aparecer en la zona lumbar (parte baja de la espalda) sobre todo en personas mayores se deben casi siempre a problemas musculares o de huesos (osteoporosis). La única situación en que pueden doler los riñones es cuando hay un cólico nefrítico por litiasis (piedras). En este caso el dolor es muy intenso, aparece súbitamente y a menudo se extiende también hacia la ingle. Suele acompañarse de sensación de orinar constante. Si se expulsa el cálculo el dolor cede de inmediato o si se mueve un poco dentro de la vía urinaria. En todo caso, la existencia de un cálculo en un riñón no implica el que el funcionamiento global de los mismos sea defectuoso, es decir, que haya insuficiencia renal, por tanto, a modo de resumen se puede afirmar que la insuficiencia renal no duele y, en caso de presentar dolor en la región lumbar donde se ubican los riñones se deberán a problemas osteo-musculares o a un cálculo renal.
La insuficiencia renal crónica afecta sólo a un riñón
Es una creencia muy extendida la de que la insuficiencia renal afecta a un riñón, encontrándose el otro sano. Si bien en algunas ocasiones esto es cierto, en la mayoría de las situaciones en que se produce insuficiencia renal la enfermedad afecta a los dos riñones. Así, la diabetes, la hipertensión arterial y las inflamaciones de los glomérulos (glomerulonefritis), que son las causas más frecuentes de insuficiencia renal, producen su daño en los dos riñones, llevando poco a poco a un desgaste en la función depuradora que éstos realizan.
Ahora bien, pueden darse situaciones en que por presencia de cálculos, infecciones de repetición o tumores, sea preciso quitar un riñón. Incluso hay personas que nacen con uno sólo o que no se desarrolla adecuadamente durante los primeros años de vida. ¿Implica el tener un único riñón el desarrollo de insuficiencia renal? No, se puede vivir perfectamente así, ya que la función del órgano que falta es suplida totalmente por el que permanece, aunque si además la persona tiene tensión alta, sobrepeso o diabetes mal controlada es fácil que aparezca insuficiencia renal.
Por tanto, y a modo de resumen, el tener un único riñón no lleva aparejado necesariamente el desarrollo de insuficiencia renal, salvo que concurran otras circunstancias que puedan deteriorar su funcionamiento.
La diálisis cura la insuficiencia renal crónica
Muchas veces el paso por la consulta de prediálisis (es decir, en aquellos casos en que la insuficiencia renal está muy avanzada) resulta muy dificultosa, ya que resulta muy duro aceptar que los riñones dejan de funcionar. Especialmente complicado es el momento de iniciar diálisis, ya que supone un cambio de vida muy importante, si bien en la mayoría de los casos resulta inevitable. No obstante, muchas personas piensan que el tratamiento de diálisis quizá pueda curarles su enfermedad renal y en unos meses o semanas volver a su situación previa. Lamentablemente, esto no es así ya que mediante diálisis proporcionamos un tratamiento que sustituye en parte la función de los riñones, pero no se cura la enfermedad renal. ¡Ojalá algún día la medicina pueda proporcionar más alternativas para la curación de estas enfermedades!
Dra. Gicella Portilla
Mir del Servicio de Nefrología
Hospital General de Valencia
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