El incremento en el consumo de sal, ligado a más riesgo cardiovascular en enfermos renales crónicos

Incremento en el consumo de sal

Nos ha parecido interesante este artículo del Diario Médico del 24 de Mayo del presente año.

Investigadores de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans han presentado en el LIII Congreso de la Asociación Europea de Diálisis y Trasplante-Asociación Europea Renal (ERA-EDTA) un análisis sobre la relación entre excreciones de sodio y enfermedad cardiovascular.

La enfermedad renal crónica afecta aproximadamente al 11 por ciento de la población de Estados Unidos y está asociada a un incremento del riesgo cardiovascular con altos índices de mortalidad. De hecho, uno de cada tres norteamericanos tiene riesgos cardiovasculares y es la principal causa de muerte en EEUU. Una asociación positiva entre consumo de sodio y presión arterial está correctamente establecida. Sin embargo, la relación con los riesgos cardiovasculares clínicos está menos clara, y no se ha investigado en pacientes con enfermedad crónica renal.

Diez años de seguimiento

El estudio siguió a 3.757 pacientes con enfermedad renal crónica en siete localizaciones norteamericanas entre mayo de 2003 y marzo de 2013, a los que se les realizó un análisis de orina. El 45 por ciento de los participantes eran mujeres, con una media de edad de 58 años. Entre los participantes, 804 sufrieron accidentes cardiovasculares (infartos, ictus…) durante los casi siete primeros años del estudio. Los investigadores encontraron un incremento significativo de riesgos de enfermedades coronarias en sujetos con mayores excreciones urinarias de sodio, además de factores de riesgo como medicación contra la hipertensión y un historial de enfermedades cardiovasculares.

Así, hubo un 23,2 por ciento de insuficiencias cardiacas en los pacientes con mayores excreciones urinarias de sodio, frente al 13,3 por ciento en personas con menos excreciones. En cuanto a infartos, los ratios son un 10,9 por ciento en el primer grupo frente a un 7,8, y un 6,4 por ciento de ictus frente a un 2,7.

Dados los resultados, los autores del estudio sostienen que «los ensayos clínicos los confirman, una reducción moderada del sodio en enfermos crónicos renales reduciría los riesgos cardiovasculares».

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