El trasplante renal de vivo, la mejor opción en los casos más complicados

Nos ha parecido interesante esta noticia publicada en el Diario Médico el 10 de octubre del presente año.
El Hospital Clínico de Barcelona cuenta con la serie más larga en España de trasplantes renales procedentes de donante vivo. Desde su dilatada experiencia, el responsable del programa asegura que se trata de la mejor solución para los casos más complicados tanto desde el punto de vista técnico como inmunológico.
Así lo ha señalado Federico Oppenheimer, jefe de la Unidad de Trasplante Renal del Clínico de Barcelona, en el XLVI Congreso Nacional de Nefrología, celebrado en Oviedo. Su hospital ha sido pionero en España desde que inició en 1965 este procedimiento, tanto de vivo como de cadáver, y que optó por no decaer en la opción de vivo a medida que mejoraba la calidad y cantidad de trasplantes de cadáver realizados, «lo que ha hecho que tengamos la casuística más amplia en España».
El Clínico ha realizado hasta ahora más de 4.000 trasplantes renales y más de 800 de ellos han sido con donante vivo. «Nuestra tasa está en el 40 por ciento», explica Oppenheimer.
Este experto destaca que el paradigma desarrollado en su centro es el contrario al seguido por otros equipos. «Nosotros pensamos que el trasplante renal de vivo es la mejor opción precisamente en los casos que son más complicados, bien desde el punto de vista técnico, inmunológico o médico-clínico en general».
Así, según este experto «si las arterias está dañadas o lo está el corazón o hay problemas inmunológicos que hacen que el riesgo de rechazo sea elevado o se presentan dificultades técnicas que exigen un muy buen conocimiento del órgano que se va a implantar, los resultados con un órgano de vivo van a ser mejores porque la calidad del órgano, cuando la intervención está así programa, suele ser magnífica». Además, Oppenheimer resalta que la preparación inmunológica puede anticiparse con la opción de donante vivo.
Primera alternativa
Este especialista aboga por ofrecer la opción de trasplante de vivo «de forma sistemática y anticipada como primera alternativa a todos los pacientes. Es necesario cambiar el paradigma y no ir necesariamente a diálisis, sino pensar en el trasplante anticipado». Y es que los equipos de las unidades de enfermedad renal crónica conocen cómo va a ser la evolución de los pacientes, «por eso es posible y deseable que planifiquen el futuro y lo anticipen explicando esta opción a los pacientes antes de que sea necesario que entren en diálisis, por razones médicas, económicas y de altruismo».
Los mejores resultados con la opción de donante vivo se obtienen cuando donante y receptor son HLA idénticos. En esta situación la supervivencia del injerto es del 90 por ciento a los 10 años. Si no es así se sitúa en el 80 por ciento, con independencia de si están emparentados genéticamente o no.
Oppenheimer conoce el trasplante renal no solo como médico, sino también como afectado, dado que hace dos años tomó la decisión de donar uno de sus riñones a su hijo, que se vio afectado por una insuficiencia renal fulminante.
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