Una crisis hipertensiva: ¿En qué consiste?

Una crisis hipertensiva: ¿En qué consiste?

La crisis hipertensiva consiste en una elevación brusca de las cifras de tensión arterial, lo que implica una presión arterial sistólica superior a 180 mmHg. y diastólica superior a 120 mmHg.

La presentación clínica y los síntomas dependen de las cifras tensionales y de la rapidez de instauración. Su fisiopatología se basa en un aumento brusco de las resistencias vasculares (vasoconstricción), con lesión del endotelio vascular y alteración de la regulación del flujo de los diferentes órganos.

Las crisis hipertensivas se clasifican en dos grupos. La urgencia hipertensiva se caracteriza por la ausencia de repercusión orgánica y las cifras de presión arterial se pueden bajar en un margen de 24-48 horas. Generalmente se pueden tratar con medicación oral que tengan un inicio de acción relativamente rápido. La emergencia hipertensiva se caracteriza por la presencia de repercusión orgánica y requiere una actuación inmediata para bajar las cifras tensionales generalmente con medicación intravenosa. A nivel del sistema nervioso central puede aparecer una hemorragia intracerebral, subaracnoidea, infarto cerebral o encefalopatía hipertensiva. A nivel cardíaco el paciente puede presentar un infarto de miocardio, angina inestable o edema agudo de pulmón. En la aorta se puede producir una disección de aorta. A nivel renal una insuficiencia renal aguda ye en la sangre puede aparecer una anemia hemolítica microangiopática.

Cari Martínez.
Servicio de Nefrología
Hospital General de Valencia.

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