Asociación de la frecuencia cardiaca basal con la mortalidad y el riesgo cardiovascular

Asociación de la frecuencia cardiaca basal con la mortalidad y el riesgo cardiovascular

Nos ha parecido interesante este artículo comentado por el Dr. Mariano de la Figuera el 16 de noviembre del presente año.

RESUMEN:

1) El primer meta-análisis fue publicado en el mes de febrero del 2016 y analizó la asociación entre la FC basal y la mortalidad total y CV en la población general.

A través de búsquedas en PubMed, Embase y MEDLINE hasta enero del año 2015 se incluyeron un total 40 estudios con resultados de mortalidad por todas las causas (1.246.203 pacientes y 78.349 muertes) y 29 estudios que proporcionaron resultados de mortalidad CV (848.320 pacientes y 25.800 muertes de origen CV). El seguimiento osciló entre 3-40 años. La metodología estadística está bien detallada en el apartado correspondiente.

El Riesgo Relativo (RR) por incrementos de la FC en reposo de 10 latidos/minuto (lpm) fue de 1,09 (IC 95% 1,07-1,12) para la mortalidad total y 1,08 (1,06-1,10) para la mortalidad CV. Al comparar con la categoría más baja, los pacientes con una FC basal entre 60-80 lpm tenían un RR de 1,12 (1,07-1,17) para mortalidad total y 1,08 (0,99-1,17) para la mortalidad CV. En los pacientes con FC basal > 80 lpm el RR fue de 1,45 (1,34-1,57) y 1,33 (1,19-1,47) para la mortalidad total y CV, respectivamente. En general, los resultados no variaron tras los ajustes por los factores tradicionales de riesgo CV. En comparación con los pacientes con FC < 45 lpm la relación entre FC superiores y el riesgo de mortalidad total fue lineal, pero aumentaba de forma significativa en relación con la mortalidad CV con FC basales > 90 lpm.

A pesar de una sustancial heterogeneidad y sesgos de publicación entre los estudios incluidos en el meta-análisis, una FC elevada en reposo se asocia, de manera independiente, con el riesgo de mortalidad total y CV, lo que indica que la le FC en reposo es un predictor de la mortalidad en la población general.

2) El segundo meta-análisis fue publicado en octubre de este año 2016 y en él se analizó la asociación entre la FC basal y el riesgo de enfermedad coronaria, ictus, muerte súbita y enfermedad no-CV tanto en población general como en sujetos con hipertensión arterial o diabetes.

Como en el primer caso, las fuentes bibliográficas fueron PubMed, Embase y MEDLINE hasta marzo del 2016.

Se incluyeron 45 estudios prospectivos de cohortes y no-aleatorizados. El RR ajustado por cada incremento de 10 lpm de la FC en reposo fue de 1,12 (IC 95% 1,09-1,14) para la enfermedad coronaria, 1,05 (1,01-1,08) para el ictus, 1,12 (1,02-1,24) para la muerte súbita, 1,16 (1,12-1,21) para enfermedades no-CV, 1,09 (1,06-1,12) para todos los tipos de cáncer y 1,25 (1,17-1,34) para enfermedades no-CV excluido el cáncer. Todas las relaciones fueron lineales. En el análisis por categorías de FC (siendo la referencia una FC basal < 60 lpm y las otras: 60-70, 70-80 y > 80 lpm), los RR de enfermedad coronaria fueron 0,99 (0,93-1,04), 1,08 (1,01-1,16) y 1,30 (1,19-1,43), respectivamente. Los RR de ictus para las mismas categorías fueron 1,08 (0,98-1,19), 1,11 (0,98-1,25) y 1,08 (0,93- 1,25), respectivamente. y los RR para enfermedades no-CV 1,17 (0,94-1,46), 1,31 (1,12-1,54) y 1,57 (1,39-1,77), respectivamente. La exclusión del análisis de los estudios realizados en pacientes hipertensos o diabéticos dio resultados similares, excepto en el caso de la muerte súbita donde no se observó asociación con la FC.

De los resultados de este meta-análisis los autores interpretan que la FC en reposo es un predictor independiente de enfermedad coronaria, ictus, enfermedades no-CV y muerte súbita, aunque ésta no se asoció con la FC en la población general.

COMENTARIO:

La FC es una de las variables clínicas más sencillas de medir, mediante la simple palpación del pulso radial o por auscultación cardiaca. Pero, por el contrario, está sometida a una importante variabilidad, de manera que la FC medida en la clínica en menos de 1 minuto, probablemente solo representa ese momento. Existen numerosos factores que afectan a la FC tanto en condiciones fisiológicas como patológicas y no es intención de este comentarista analizar todos y cada uno de ellos.

Sin embargo, es un hecho conocido que el aumento de la FC se asocia con un incremento del riesgo CV (CV) y mortalidad prematura a través de múltiples efectos como la progresión de la aterosclerosis coronaria, arritmias ventriculares y deterioro de la función del ventrículo izquierdo, entre otros. La FC elevada es un marcador de hiperactivación del sistema nervioso simpático, también relacionada con el riesgo de complicaciones CV como la muerte súbita y la fibrilación ventricular. A diferencia con otras variables, como la presión arterial o el colesterol, la contribución de la FC en la estimación del riesgo CV global es, a día de hoy, prácticamente inexistente debido, en parte, a la inconsistencia de los estudios y la dificultad en establecer una relación “dosis-respuesta” entre la FC y la morbi-mortalidad CV. Los dos meta-análisis aquí comentados pretenden aportar algo más de luz sobre este tema

En el primer meta-análisis, llevado a cabo en población general, los datos sugieren que por cada incremento de 10 lpm de la FC en reposo, la mortalidad total y CV aumenta en un 9% y 8%, respectivamente. En comparación con una FC de 45 lpm, el riesgo de mortalidad total aumentaba de forma lineal a medida que se incrementaba la FC, pero a partir de una FC en reposo de 90 lpm el riesgo aumentaba de forma muy significativa, umbral de FC que es consistente con la definición clínica y tradicional de taquicardia.

En el segundo meta-análisis, que también incluyó estudios realizados en hipertensos y diabéticos, el riesgo ajustado por cada incremento de 10 lpm de la FC en reposo, fue de 12% en enfermedad coronaria, 5% ictus, 12% muerte súbita, 16% enfermedad no CV, 9% cáncer y 25% en todas las enfermedades no CV excluido el cáncer. En este sentido, es sabido que la FC elevada también tiene importancia en el pronóstico de otras patologías asociadas a las enfermedades CV, como la enfermedad renal crónica, la disfunción eréctil, e incluso en patologías no-CV como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

¿Por qué esta falta de reconocimiento de la FC como factor de riesgo en las Guías actuales de prevención CV? En primer lugar, por la falta de una clara definición de FC de riesgo. En este sentido, los meta-análisis aquí presentados podrían sugerir, como ocurre con el LDL-Colesterol en prevención secundaria, que en población general “cuanto más baja la FC, mejor”; pero a nadie se le escapa que FC en reposo muy bajas pueden traducir algún tipo de cardiopatía potencialmente grave. Por otra parte, para que un factor de riesgo modificable sea finalmente reconocido como tal, la intervención terapéutica sobre el mismo, en este caso la reducción de la FC en reposo en población general a través, por ejemplo, de la practica regular de ejercicio físico, debe comportar beneficios en términos de reducción de eventos. En este terreno no tenemos evidencias. Es cierto que el control de la FC en patologías como la Fibrilación Auricular, la Cardiopatía Isquémica y la Insuficiencia Cardiaca se asocia a beneficios, pero no existen datos en población general ni tampoco en prevención primaria en pacientes, por ejemplo, con HTA o diabetes

Los dos meta-análisis tienen sus limitaciones, entre ellas el no considerar la FC ambulatoria que, como ocurre con la presión arterial, también ha sido analizada en otros estudios con interesantes resultados.

Por lo tanto, y para finalizar, no banalicemos una FC elevada en reposo y sigamos utilizando el electrocardiograma, pero también el sentido común.

Cita original:

Zhang D, Shen X, Qi X. Resting heart rate and all-cause and CV mortality in the general population: a meta-analysis. CMAJ 2016. DOI:10.1503 / cmaj.150535 Zhang D, Wang W, Li F. Association between resting heart rate and coronary artery disease, stroke, sudden death and nonCV diseases: a meta-analysis. CMAJ 2016 DOI:10.1503/ cmaj.160050

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