Infecciones urinarias e higiene íntima

Infecciones urinarias e higiene íntima

Las infecciones urinarias son más frecuentes en mujeres que en hombres ya que, como explica Lourdes Muñoz Gallardo, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, «la uretra femenina es más corta que la masculina y se encuentra más cerca del ano». Aproximadamente, según Muñoz, «la mitad de las mujeres presentarán una infección del tracto urinario a lo largo de su vida». La incidencia es tal que en palabras de Francisco José Brenes Bermúdez, miembro del grupo de trabajo de Nefrourología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), las infecciones urinarias son «la segunda causa de consulta extrahospitalaria por patología infecciosa», solo superadas por las infecciones respiratorias. «Es frecuente su diagnóstico en primaria, sobre todo en visitas de urgencia, pudiendo representar un 20 por ciento de estas visitas en la mujer», afirma.

Las infecciones son más recurrentes, en palabras de Lourdes Muñoz, cuando las mujeres se encuentran en «situaciones fisiológicas especiales que conllevan cambios hormonales, como son la menopausia o el embarazo». Y Brenes añade que se ha observado que existe «una relación directa» entre la mayor o menor frecuencia de infecciones urinarias y el número de relaciones sexuales. A estos factores, se unen también el “exceso de higiene” y la utilización de “productos no adecuados” para llevar a cabo la limpieza de la zona vaginal.

“Esto puede dar lugar a un desequilibrio o destrucción de la flora natural de la zona genital y producir infecciones bacterianas o fúngicas a nivel del tracto urinario o vaginal”, asegura Muñoz-Gallardo. En ese sentido, aboga por usar geles íntimos «que no contengan detergentes, perfumes y sobre todo que tengan un pH adecuado», que suele oscilar entre un pH 4 y 5 (incluso subir hasta 6-7 en el embarazo o la menopausia), y “no usarlos más de una vez al día, para evitar destruir nuestra propia flora”. De forma que en el caso de ser necesario lavar la zona más de una vez, lo conveniente es “hacerlo solo con agua”.

En España, según Brenes, la fosfomicina trometamol es el antibiótico «de primera elección para el tratamiento empírico de las cistitis no complicadas», especialmente en mujeres jóvenes, «por la alta sensibilidad que tiene este fármaco con E Coli (>97 por ciento), por presentar pocos efectos secundarios y porque su administración (en dosis única de 3 gramos) favorece el cumplimiento terapéutico, evitando abandonos, y por tanto, la aparición de recidivas y selección de resistencias». Otra opción, según el miembro de Semergen, sería la nitrofurantoína 100 mg cada 12 horas durante cinco días.

Muñoz, por su parte, añade que en el caso de infecciones de repetición, «se pueden usar antibióticos como las quinolonas, los b-lactámicos y otros antisépticos urinarios como la nitrofurantoína». Mientras que en situaciones de infecciones urinarias muy recidivantes se pueden incluso «prescribir vacunas de aplicación sublingual, elaboradas con distintas mezclas de las bacterias inactivas más frecuentes en las infecciones urinarias».

Fuente de la noticia

Dra Ana Mª Oltra
Coordinadora Blog Renal
Nefrología. CHGUV

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