El nefrólogo intervencionista (Parte 2)

El nefrólogo intervencionista (Parte 2)

La nefrología diagnóstica e intervencionista permite ofrecer un tratamiento integral y sin dilación en la resolución de los problemas que plantean los enfermos renales. A los especialistas nos permite además recuperar técnicas de diagnóstico y tratamiento que nos son propias. Si nadie puede concebir la existencia de un cardiólogo sin su ecógrafo ni su sala de hemodinamia, quizá no sea difícil visualizar al «nuevo nefrólogo», quien dominará la técnica de los ultasonidos y hará las ecografías renales, el mapeo vascular de la extremidad superior para realizar el acceso vascular, hará la biopsia ecodirigida y diagnosticará precozmente las complicaciones del acceso vascular. También en sus manos estará el inicio programado de los enfermos en diálisis, ya que colocará los catéteres tunelizados para hemodiálisis y el catéter peritoneal o realizará la fístula arteriovenosa. Igualmente, será capaz de evaluar el riesgo vascular de sus enfermos portadores de una enfermedad renal crónica, para adecuar el tratamiento a la situación de estos parámetros a lo largo de toda su evolución.

Para que este escenario se cumpla, es necesario que el nefrólogo se entrene debidamente en centros con experiencia, que las Sociedades científicas creen programas de entrenamiento y establezcan los mínimos necesarios para lograr la acreditación. En este sentido, conocemos el interés de la S.E.N en la potenciación de este tipo de programas. En España, la comisión nacional de la especialidad podría valorar la inclusión de estas habilidades en el programa formativo de nefrología. Esta nueva visión de la nefrología quizá la haga más atractiva para los futuros residentes.

ALGUNOS INCONVENIENTES U OBSTÁCULOS

El principal obstáculo con el que nos debemos enfrentar es vencer la idea de que estamos realizando intrusismo profesional acaparando terreno que es propio de otras especialidades. Todo lo contrario, descargamos a otras especialidades de numerosas exploraciones e intervenciones que si bien para nosotros son de vital importancia, para ellos son menos prioritarias. En cualquier caso, la implantación de intervencionismo nefrológico debe contar con el máximo consenso en el resto del hospital para que redunde en beneficio de los pacientes.

Otro inconveniente, desde nuestro punto de vista, es la polarización del Nefrólogo sólo en intervencionismo. Nuestra fórmula es que haya un nefrólogo que coordine la Unidad de Nefrología Diagnóstica e Intervencionista, la cual está formada por el resto de nefrólogos del Servicio, que a la vez que son responsables de un área nefrológica, y realicen intervencionismo. Al no perder el contacto con los pacientes las técnicas se realizan con la mayor celeridad. La variabilidad de resultados se evita protocolizando todas y cada una de las actividades.

Finalmente, la sobrecarga de trabajo es una de las consecuencias evidentes de la inclusión de la ecografía diagnóstica y las técnicas intervencionistas a nuestra rutina como nefrólogos. Esto lo han solventado otras especialidades (p. ej., cardiología) con un incremento de las plantillas.

Fuente original

Dra Ana Mª Oltra
Coodianadora Blog Renal
CHGUV. NEFROLOGÍA

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