Predecir el riesgo cardiovascular sin extracción sanguínea

Predecir el riesgo cardiovascular sin extracción sanguínea

Un estudio demuestra que el denominado índice Fuster-Bewat, una herramienta basada en cinco indicadores de salud cardiovascular -presión arterial, actividad física, índice de masa corporal, consumo de fruta y verdura y consumo de tabaco- tiene la misma eficacia a la hora de predecir la presencia y extensión de ateroesclerosis subclínica (sin síntomas) en individuos de mediana edad sin enfermedad cardiovascular conocida que el índice de salud cardiovascular ideal (ICHS), la herramienta de uso más común en el ámbito de la prevención primaria y promoción de la salud, recomendada por la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), que incluye además valores de colesterol y glucosa.

Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) ha llevado a cabo el estudio Progression and Early Detection of Atherosclerosis (PESA), en colaboración con el Banco Santander. El trabajo, que se publica en The Journal of American College of Cardiology (JACC), refleja la utilidad del índice Fuster-Bewat, una herramienta desarrollada íntegramente por un equipo español dirigido por Valentín Fuster, director general del CNIC, para la evaluación del riesgo de ateroesclerosis subclínica en entornos donde no se disponga de recursos materiales para la determinación de los niveles de colesterol y glucosa ya que, al contrario del método estándar ICHS, no precisa análisis de sangre para su cálculo.

Según Héctor Bueno, del Instituto de investigación i+12 del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) y otro de los autores de la investigación, dado que ambas herramientas muestran una capacidad predictiva equivalente, «el índice Fuster-Bewat puede considerarse una opción más práctica y económica para la promoción de la salud cardiovascular, especialmente en aquellas regiones con escasos recursos económicos, donde la carga de enfermedad cardiovascular está creciendo de manera más alarmante». Esta sencillez, añade Antonio Fernández Ortiz, investigador del CNIC, «también permitiría utilizar el índice Fuster-Bewat para la educación en entornos no sanitarios, como escuelas o universidades, y como una herramienta para calcular los beneficios que el cambio de estilo de vida con el autocuidado puede suponer para individuos en riesgo o pacientes».

Fuente original

Dra. Ana Mª Oltra
Coordinadora Blog Renal
Nefrología.CHGUV

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