¿Ejercicio físico intenso? ¡Cuidado!

La rabdomiolisis es una patología provocada, entre otras causas, por el exceso de ejercicio físico, caracterizada por la destrucción de las células musculares estriadas, que liberan al torrente sanguíneo sustancias presentes en su interior como, por ejemplo, la mioglobina. Además de la intensidad del ejercicio físico, encontramos otros factores de riesgo aditivos como el calor, la humedad, la altura o la deshidratación.
Una de las consecuencias de esta entidad es el desarrollo de fracaso renal agudo por la acumulación de mioglobina en los túbulos renales, que en última instancia puede acabar provocando una necrosis tubular aguda (NTA).
Los pacientes que desarrollan una rabdomiolisis suelen presentar orinas de coloración oscura (coluria) y dolor muscular intenso durante varios días, además de otras manifestaciones clínicas como presencia de fiebre. Para detectar esta enfermedad es de utilidad medir los niveles en sangre de CPK (un marcador de daño muscular) que estarán aumentados con respecto a sus valores normales.
En la mayoría de ocasiones el tratamiento consiste en una buena hidratación durante los primeros días, y en el control de los iones sanguíneos que pueden verse alterados como consecuencia del fracaso renal agudo.
Al ser una enfermedad grave que puede incluso desembocar en la muerte del paciente, cobra vital importancia la prevención de esta patología. La principal medida para evitar la rabdomiolisis inducida por el ejercicio es la hidratación antes, durante y después del ejercicio físico, junto con la moderación y la prudencia a la hora de realizar actividades físicas, siendo conscientes de nuestro nivel y nuestras limitaciones.
Referencia: MEDIFAM 2001; 11: 562-565
Ángel Palacios. MIR 1º Año Nefrología
Dra. Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal.
Nefrología. CHGUV
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