¿Tiene usted prurito y enfermedad renal crónica? La pregabalina…

Se prescribe gabapentina y pregabalina para el dolor neuropático, el prurito y el síndrome de piernas inquietas en pacientes que reciben hemodiálisis, pero existen pocos datos sobre los riesgos de su uso en esta población.  

El prurito puede ser una respuesta fisiológica a agentes dañinos (parásitos) o un síntoma de una enfermedad subyacente, por ejemplo, insuficiencia renal, colestasis, linfoma de Hodgkin, policitemia vera y tumores sólidos. En la mayoría de estos enfermos es necesario indicar algún tipo de tratamiento para aliviar el prurito. 

Según el origen, el prurito puede ser periférico o central; en el primer caso, el prurito surge en la piel o el sistema nervioso dañado (prurito neuropático), mientras que el prurito central se origina en el sistema nervioso lesionado (prurito neuropático) o normal (prurito neurogénico). Asimismo, algunos trastornos psiquiátricos se asocian con prurito. El prurito que persiste durante más de 6 semanas se considera crónico. 

El prurito afecta considerablemente la calidad de vida, el sueño, la concentración, el deseo sexual y la función sexual, y se asocia con agitación y ansiedad, entre otras consecuencias. Si bien el tratamiento de la enfermedad subyacente es fundamental, muchas entidades crónicas no tienen curación y es necesario el tratamiento sintomático del prurito. 

Los antihistamínicos, el mentol, la capsaicina, los inhibidores de la calcineurina por vía tópica, los agonistas cannabinoides y los antagonistas de los leucotrienos son algunos de los fármacos de acción periférica, en tanto que los antidepresivos, los antagonistas de los receptores opioides µ y los antiepilépticos, como la pregabalina y el gabapentín, actúan a nivel central. 

La pregabalina es un análogo del ácido gamma aminobutírico que se une a los canales de calcio regulados por voltaje. La pregabalina se asocia con disminución de la liberación de diversos neurotransmisores excitatorios y del péptido relacionado con el gen de la calcitonina. Estos efectos explicarían, en gran medida, la utilidad de la pregabalina en el dolor neuropático y la ansiedad, y para el control de la epilepsia. 

Aunque los mecanismos por los cuales la pregabalina parece ser útil en los pacientes con prurito crónico no se conocen, es posible que los efectos antipruriginosos de la pregabalina tengan que ver, al menos en parte, con la unión a la subunidad alfa-2 delta de los canales de calcio regulados por voltaje en los ganglios de la raíz dorsal de la médula. 

Aunque en el dolor y el prurito intervienen mecanismos diferentes, algunos mediadores y receptores son compartidos por ambos sistemas; como consecuencia de estas similitudes, las drogas que son eficaces para el dolor neuropático también podrían serlo en el prurito, especialmente el prurito neuropático. 

Más del 50% de los pacientes con enfermedad renal en estadio terminal (ERET) refieren prurito; los antihistamínicos, los emolientes tópicos y los corticoides son los agentes más utilizados en estos pacientes. La pregabalina ha sido evaluada en estos enfermos debido a que la neuropatía periférica se considera una posible etiología en el prurito urémico. 

En un estudio realizado con 16 pacientes de 37 a 80 años tratados con hemodiálisis y con prurito crónico refractario al tratamiento con antihistamínicos, el tratamiento con 25 mg diarios de pregabalina se asoció con una reducción significativa del puntaje promedio del prurito en la escala visual analógica (EVA), luego de un mes de terapia. Los efectos adversos asociados con el tratamiento fueron los mareos, la somnolencia, la visión borrosa y el temblor de las manos. 

En otro trabajo no aleatorizado en 20 enfermos en hemodiálisis de 57.05 años en promedio con prurito crónico grave, refractario a las terapias convencionales, el tratamiento con 75 mg de pregabalina en días alternos durante 4 semanas disminuyó sustancialmente el puntaje promedio de prurito en la EVA; la sedación, el vértigo, la somnolencia y la ataxia fueron los efectos adversos referidos con mayor frecuencia. 

La gabapentina y la pregabalina deben usarse de forma juiciosa en pacientes con enfermedad renal, y se justifica la investigación para identificar la dosis más óptima. 

 

https://jasn.asnjournals.org/content/29/7/1970 

https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=91750 

 

Dra Ana Mª Oltra 

Coordinadora Blog Renal 

Nefrología. CHGUV 

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