Aumenta el riesgo de fracturas óseas con el consumo de inhibidores de la bomba de protones en hemodiálisis


 
 
 
 
 

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) constituyen uno de los grupos farmacológicos más ampliamente utilizados que incluyen diversos principios activos (esomeprazol, lansoprazol, omeprazol, pantoprazol y rabeprazol). 

Estos medicamentos comúnmente usados para tratar la acidez gástrica, el reflujo ácido y las úlceras están relacionados con mayores riesgos de fractura ósea en pacientes en diálisis, según un nuevo estudio. Casi tres cuartas partes de los pacientes que sufrieron una fractura de cadera habían tomado los medicamentos en los tres años anteriores al evento, según los resultados de un estudio publicado en el Clinical Journal of the American Society of Nephrology. 

Entre los pacientes con enfermedad renal terminal que están en hemodiálisis, se estima que el riesgo de fractura de cadera es cuatro veces mayor que en la población general. Muchos pacientes con insuficiencia renal toman medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP), que reducen la producción de ácido y se han relacionado con fracturas de cadera en la población general. 

Teóricamente, los antagonistas del receptor de histamina-2, que también reducen la producción de ácido gástrico, producirían una asociación similar con los eventos de fractura de cadera si el mecanismo de riesgo propuesto implicara solo la supresión ácida. Sin embargo, los estudios en la población en general entran en conflicto sobre si estos fármacos también están relacionados con fracturas. 

«Los inhibidores de la bomba de protones son el sexto tipo de medicamento recetado entre los pacientes que dependen de diálisis. Sin embargo, su uso se asocia a un mayor riesgo de fractura de cadera. Por lo tanto, recomendamos la evaluación del intervalo de uso continuo de IBP en pacientes dependientes de hemodiálisis, que ya experimentan una enorme carga de medicamentos», aconseja Vangala. 

Recordar que, aunque los IBP son fármacos bien tolerados, tomarlos de forma crónica o junto a otros fármacos puede aumentar riesgos de interacciones o infecciones. Y que no todos los pacientes que llevan tratamiento farmacológico necesitan gastroprotección con un IBP, sino sólo aquellos que presenten factores de riesgos asociados. 

https://cjasn.asnjournals.org/content/early/2018/09/26/CJN.02190218 

http://www.hemosleido.es/2012/04/10/inhibidores-de-la-bomba-de-protones-y-riesgo-de-fracturas-oseas/ 

 

Dra Ana Mª Oltra 

Coordinadora Blog Renal 

Nefrología. CHGUV 

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