Si tengo la tensión arterial alta, ¿Por qué me estudian el riñón?

Cuando un paciente escucha por primera vez que tiene tensión arterial alta, es decir, es diagnosticado de Hipertensión Arterial; en muchas ocasiones desconoce que existen varias causas de Hipertensión Arterial y que lo primero que debe hacerse es estudiar cual es la causa que puede estar generándole dicho aumento de la tensión arterial.

Usualmente la Hipertensión Arterial se divide en dos tipos, la primaria o esencial, en cuyo caso desconocemos la causa de la Hipertensión y el enfoque es en tratar de controlas las cifras tensionales para que estas se mantengan en rango normal, y la secundaria, cuando la Hipertensión ocurre como consecuencia de otra enfermedad y al tratar esta enfermedad es posible que la hipertensión remita, volviendo el paciente a tener su tensión en rango normal. Es en este segundo tipo, donde se enfocan los estudios cuando un paciente es diagnosticado por primera vez de hipertensión arterial.

Entre las causas de hipertensión arterial secundaria podemos comentar la estenosis de la arteria renal, el feocromocitoma, la coartación aórtica, el síndrome de Cushing, el hipertiroidismo, entre otros.

¿Pero qué tiene que ver el riñón en todo esto?

El riñón es un órgano con múltiples funciones, entre ellas se encuentra intervenir en la regulación de la tensión arterial. Esto lo hace a través de diferentes maneras, por un lado, tenemos la regulación del balance hídrico: al controlar cuanto orinamos, nuestro riñón se encarga de que haya un volumen sanguíneo circulante adecuado; si orináramos más de lo debido el líquido se acumularía en los vasos y la tensión aumentaría, si orináramos menos ocurriría lo contrario, la tensión disminuiría. El riñón también influye en el mantenimiento del balance de sal del organismo; de manera similar al agua libre, mucha sal en el cuerpo aumenta la tensión y poca sal baja la tensión.

Gran parte de esta regulación de la tensión arterial se realiza a través del eje hormonal Renina-Angiotensina-Aldosterona, sistema hormonal que comienza cuando células especializadas del riñón detectan cambios en la presión de las arterias y arteriolas adyacentes y segregan mayor o menor cantidad de renina al torrente sanguíneo. Esta hormona generará una serie de respuestas en otras células y órganos que a su vez alterará la cantidad de angiotensina y aldosterona circulantes, y estas finalmente regularán entre otras cosas, la cantidad de agua y sal que el riñón eliminará a través de la orina.

Estenosis de la Arteria Renal, causa de Hipertensión Arterial

Pero en ciertas ocasiones este sistema puede fallar, y una de las causas más frecuentes es la Estenosis (estrechez, disminución del diámetro) de la arteria renal. Esta se puede desarrollar por la presencia de placas de ateroma o calcificaciones o malformaciones congénitas, por ejemplo. La estrechez de la arteria renal hace que inicialmente la sangre llegue con poco flujo al riñón, y las células del riñón interpretarán este bajo flujo como falta de agua y sal en el organismo, con lo que estos elementos empezarán a acumularse. Ello genera que la tensión arterial aumente en todo el cuerpo. El aumento continuará hasta que la presión arterial antes de la estrechez sea tan alta como para contrarrestar la bajada de presión y flujo que produce dicha estrechez.

Aunque esto permite que el riñón vuelva a recibir un flujo de sangre adecuado, el resultado global es que la tensión arterial en el resto del organismo se eleva, aumentado el riesgo cardiovascular.

El estudio de esta patología se inicia a través de la ecografía Doppler, un estudio indoloro y barato que permite inferir a través de pulsos de sonido el flujo arterial. Si se encuentran flujos inusualmente bajos o zonas de la arteria con resistencia muy elevada, se puede sospechar de estenosis de la arteria renal, que se confirmará con una arteriografía renal. Esta prueba consiste en inyectar contraste iodado al paciente y luego generar imágenes con una máquina de rayos X, para ver exactamente la forma de la arteria renal, confirmar si hay estrechez de la arteria y ubicar exactamente donde se halla dicha estrechez.

Una vez encontrada, se procede a tratar la estrechez por medio de un balón intraarterial especial que puede expandir la arteria y retornarla a su diámetro anterior. En algunos casos se puede colocar un stent en la zona expandida, para disminuir el riesgo de que vuelva a aparecer la estrechez. Así, el flujo de sangre al riñón se normaliza y ya no existe el estímulo para acumular agua y sal, con lo que la tensión arterial disminuye hasta sus valores anteriores (en muchos casos volviendo a la normalidad y evitando la necesidad de medicación antihipertensiva).

Créditos imagen: Revista Nefrología

Gustavo A. Useche Bonilla. Residente de 3er año.

Dra. Ana Oltra. Coordinadora del blog.

Servicio de Nefrología. CHGUV

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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