¿Volvemos a la dieta de nuestros abuelos?
En la actualidad estamos preocupados por tener una alimentación saludable y dudamos sobre la calidad de que comemos. Algunos piensan que antes se comía mejor que ahora.
Comparando la alimentación de los abuelos con la nuestra
- Deficiencias nutricionales
La dieta de los abuelos se basaba en el consumo de cereales y legumbres, aceites, patatas, frutas y hortalizas de temporada, huevos. Tomaban poca leche y poca carne, cuyo coste era elevado.
Esta alimentación provocaba deficiencias de hierro y calcio, llevando incluso al desarrollo de patologías como la anemia o la osteoporosis, entre otras.
Hoy en día sin embargo, contamos con los alimentos fortificados, elaborados gracias al conocimiento científico para suplir carencias nutricionales en algunos sectores de la población para cubrir sus necesidades nutricionales que son difíciles de alcanzar con la dieta. De esta manera se van solucionando deficiencias que afectan el estado de salud de muchas personas.
Así, en la actualidad contamos con leches y yogures con más calcio, harinas fortificadas con hierro o sal con yodo o fluor, por ejemplo.
- Conservación de alimentos
Los medios de conservación de los alimentos en aquella época no eran tan seguros como los de ahora. No había refrigeradores. Esto provocaba la proliferación de bacterias y, por lo tanto, la salud corría un mayor riesgo.
- Alimentación poco variada
Por otra parte, el acceso a determinados alimentos era muy complicado, por no decir imposible de tal manera que la alimentación no variada.
- Cocina casera
Lo que sí ha disminuido con el paso de los años es la elaboración cotidiana de comida casera. Este aspecto se ha visto muy afectado por el estilo de vida actual en el que la mujer trabaja fuera de casa al igual que el hombre y, por lo tanto, el tiempo de ambos es muy limitado.
- Todos a la mesa
La costumbre de comer en familia también está disminuyendo. La escasez de tiempo y la diferencia de horarios hace que muchas familias no se siente a comer o a cenar juntos a lo largo de la semana.
- Oferta alimentaria
La gran oferta de productos y su fácil acceso han provocado otros cambios en la conducta alimentaria de la población actual.
Según datos que ofrece la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en los años 60 el consumo de hortalizas, patatas y cereales constituía el 57% de la dieta.
La carne y el pescado sólo el 6,3% de nuestra alimentación. En 2011, (último año del que se tienen datos), el consumo de carne y pescado es de más del doble (15,4%), y las patatas han pasado de constituir el 17% a ocupar el 7,1%.
Por lo tanto se observa que al tiempo que ha aumentado la variedad de alimentos disponibles, ha descendido el consumo de carbohidrotos, a través de cereales o las patatas; se ha incrementado el consumo de azúcares y de proteínas de origen animal, al duplicarse el gasto en carnes y lácteos; y ha disminuido sin embargo las proteínas de origen vegetal.
- Estilo de vida
Todo esto junto al sedentarismo, el acceso a comidas rápidas y otros aspectos han llevado lamentablemente a un aumento del desarrollo de patologías como la obesidad y enfermedades cardiovasculares.
Por tanto, la alimentación actual no es peor que la de antes. Es importante aprovechar la gran oferta de alimentos que tenemos a nuestro alcance para que, de forma consciente y equilibrada, podamos ofrecer a nuestro organismo los alimentos que necesita.
https://es.aleteia.org/2017/12/28/era-mejor-la-alimentacion-de-nuestros-abuelos/
Dra Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal
Nefrología. CHGUV
Comentarios recientes