Los antiinflamatorios tópicos también pueden dañar el riñón
Los AINE son un grupo de fármacos estructuralmente muy diversos, que se caracterizan por producir un efecto antiinflamatorio, analgésico y antipirético a través de la inhibición de la ciclooxigenasa, la primera enzima implicada en la síntesis de prostaglandinas a partir del ácido araquidónico.
Los AINE figuran entre los fármacos más prescritos y en algunos estudios se recoge que suponen el 5% del total de prescripciones. Concretamente, los pacientes de más de 60 años son los receptores del 50% de todos los AINE. Aunque su utilización suele ser por vía oral, también es frecuente su empleo por vía tópica.
Los AINE son un recurso terapéutico habitual en el tratamiento de las lesiones de tejidos blandos, que incluyen afecciones de músculos, tendones, ligamentos y lesiones de pequeños vasos. Su empleo en estas situaciones pretende reducir el dolor y la inflamación, así como acortar el período de recuperación, ya que mejoran la limitación a la movilización activa de la zona afectada. Un segundo campo de utilización frecuente son los procesos degenerativos crónicos –osteoartrosis/artrosis– y, en definitiva, dolores osteoarticulares, en muchos casos no muy bien definidos y de difuso diagnóstico.
El tratamiento ideal para los procesos osteoarticulares lo constituiría un fármaco que penetrase en el área dañada, aliviara el dolor, no alcanzara concentraciones plasmáticas apreciables y no originara efectos adversos locales ni sistémicos. La vía tópica representa una buena alternativa, porque permite aplicar el fármaco directamente en el área afectada, evitando la toxicidad gastrointestinal.
Eficacia y seguridad
Las formulaciones de AINE tópicos son muy utilizadas, tal vez en parte porque el hecho de practicar un masaje en el área afectada puede resultar física y psicológicamente beneficioso. Se ha comprobado que por vía tópica estos fármacos alcanzan concentraciones suficientes en la piel y tejidos subyacentes, pero la concentración articular es baja y su efecto parece depender más de su absorción sistémica que de la penetración local. Los AINE por vía tópica alcanzan unas concentraciones plasmáticas que representan el 5-10% de las alcanzadas por vía oral o intramuscular, por lo que difícilmente se obtendrían concentraciones terapéuticas en la zona afectada mediante su difusión por el líquido extracelular y la vía linfática, ya que la mayor parte del fármaco alcanza la circulación sistémica a través de los capilares subcutáneos.
Los AINE tópicos son razonablemente efectivos y más seguros que los AINE orales a dosis convencionales. Los efectos adversos más comúnmente observados son de tipo irritativo cutáneo, que ceden al retirar la terapia. Sin embargo, pueden producir algunos efectos adversos sistémicos, y así se han observado casos de dispepsia, broncospasmo, asma e insuficiencia renal. El riesgo de hemorragia gastrointestinal asociado a su uso es bajo.
https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-terapia-antiinflamatoria-topica-13088393
Dra. Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal
Nefrología. CHGUV
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