Los cuatro pilares para afrontar la enfermedad renal

Los problemas psicológicos pueden ser de diversos tipos. Unos están asociados a la alteración emocional, otros a las realaciones personales, ya sean familiares o sociales, y
otros a conductas inadecuadas. Todos ellos no son incompatibles, siendo los más frecuentes los relacionados con la alteración emocional.

Las variables personales que tienen mayor relevancia de cara al ajuste de la enfermedad, la presencia de alteración emocional o la calidad de vida son:

1. La capacidad de afrontamiento
Está influida por la edad, el sexo, el estado civil, la ocupación y motivada por el estilo de afrontamiento, los recursos personales y su puesta en marcha. El estilo de afrontamiento hace referencia a la tendencia que cada persona tiene para hacer frente a los acontecimientos vitales. Existen distintos estilos y, aunque cada persona tiene una manera más o menos habitual de responder, ésta no es fija. El estilo se adquiere a lo largo de la vida, a partir de los acontecimientos y a sus resultados. Así, hay personas con tendencia a dejarse llevar y otras, por el contrario, tienen necesidad de control. Hay personas que se hunden ante las dificultades, mientras que otras perciben
todo como una amenaza y disparan sus respuestas de hostilidad. La forma de responder es, por tanto, el resultado de la historia personal, es decir, del conjunto de experiencias que nos ha tocado vivir. Está influida por nuestra manera de evaluar y vivir los acontecimientos y los sucesos de la vida y por los recursos con los que
se cuenta para hacerles frente, y está marcada por los resultados que se consiguen.

2. El nivel de ocupación
Mantener una vida activa ayuda a relativizar la enfermedad. La satisfacción y el bienestar estan intimamente ligados a la actividad y a la sensaciones de competencia y utilidad. No es ni bueno, ni adecuado el bajo o muy bajo nivel de ocupación que, en general, presentan los pacientes en diálisis. En esta cuestión se incluye la actividad laboral. La mayor parte de los estudios de calidad de vida señalan que mantener el trabajo después de entrar en diálisis está asociado a mejor calidad de vida. Sin embargo, no podemos ignorar que no es fácil mantener un  trabajo y acudir a diálisis. Además del estado físico, hay que considerar el tiempo disponible, los traslados al centro, las complicaciones e incluso las posibles y, a veces frecuentes, pruebas médicas, pero siempre se puede intentar.

3. El apoyo social
La importancia del apoyo familiar y social está relacionado con el cuidado y la adhesión al tratamiento que muestra un paciente. Pero, lo más importante es que sentirse querido es esencial para la sensación de seguridad y para el ajuste emocional. Ahora bien, hay que tratar de no confundir apoyo social con sobreimplicación y ayuda sobre sobreprotección. Por eso, es importante mencionar, el autocuidado.

4. El autocuidado
Se define como un conjunto de acciones dirigidas a mantener o cuidar la salud. No nacen con el individuo, sino que son aprendidas. Dependen de las costumbres, las creencias y las prácticas habituales del grupo al que pertenece cada uno. Por ello, aprender y realizar algunas actividades para cuidar de sí mismo marcará el grado
de independencia y autonomía, le permitirá sentirse mejor y le proporcionará mayor grado de seguridad reduciendo posibles complicaciones.

http://fundacionrenal.com/wp-content/uploads/2019/02/Las-alteraciones-emocionales-en-diálisis.pdf

Dra. Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal

Nefrología. CHGUV

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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