¿Qué es la Nefritis intersticial ?
La nefritis consiste en la inflamación aguda o crónica de los túbulos y el intersticio renal. Con este término se incluyen aquellas enfermedades que afectan de forma predominante al intersticio renal, aunque también se pueden encontrar afectos en mayor o menor medida todos los tejidos renales (glomérulos, túbulos, intersticio y vasos). Dado que las células del túbulo renal presentan anomalías histológicas y funcionales en todas las nefropatías intersticiales, algunos autores prefieren el término de nefropatías túbulo intersticiales.
Hay formas agudas y crónicas. En las agudas predominan las formas inmunoalérgicas tras la exposición a un fármaco, y las crónicas suelen ser debidas a enfermedades infecciosas, metabólicas, tóxicas, inmunológicas o neoplásicas. La insuficiencia renal aguda es la manifestación más destacada de las formas agudas, mientras que las crónicas presentan un cuadro clínico generalmente poco expresivo.
La Nefritis intersticial aguda (NIA) es una causa frecuente de insuficiencia renal aguda, pero su verdadera incidencia podría incluso ser subestimada por varias razones. En primer lugar, un número significativo de pacientes en los que se sospecha NIA por motivos clínicos, no se someten a una biopsia renal de confirmación porque se prefiere el tratamiento empírico, en particular en pacientes de edad avanzada por su patología de base y en pacientes antiagregados o anticoagulados. En segundo lugar, las formas más leves de NIA pueden pasar desapercibidas, ya sea por la ausencia o imprecisión de síntomas clínicos o porque la insuficiencia renal aguda es atribuible a otras causas de lesión renal.
La Nefritis intersticial aguda suele ser producida por diversos fármacos, pero también se produce por infecciones o causas inmunes. En el caso de los fármacos, depende de la idiosincrasia del paciente, no de la dosis administrada. Algunos fármacos que pueden desencadenar son antibióticos como la ampicilina, cefalosporinas, quinolonas, antiinflamatorios no esteroideos y muchos otros.
La triada clásica, no siempre está presente, pero esta se caracteriza por la presencia de fiebre, erupción cutánea tipo exantema y eosinofilia. Además puede acompañarse de artralgias, lumbalgia y adenopatías. Todos los casos se acompañan de deterioro de función renal.
El diagnóstico se basa en la sospecha clínica junto a una anamnesis detallada para evidenciar la relación causa y efecto entre la introducción del nuevo medicamento y el deterioro de la función renal, además son útiles estudios complementarios de laboratorio. Es necesario hacer el diagnóstico diferencial con glomerulonefritis aguda, las glomerulonefritis rápidamente progresiva y las vasculitis con afectación renal. La biopsia renal se utiliza en caso de dudas con el diagnóstico, deterioro progresivo de la función renal o ausencia de mejoría tras supresión del fármaco.
El tratamiento consiste en la retirada de los fármacos potencialmente causantes además de utilizar corticoides con el fin de disminuir la respuesta inmune. Es importante un seguimiento clínico hasta la resolución del cuadro y evitar reintroducir la medicación causante.
Humberto Rojas. MIR 2º Año Nefrología.
Dr Sergio Bea, Coordinador del blog del paciente renal.
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