Infarto renal

Primero que todo hay que saber que es un infarto, muchas personas consideran que el infarto es una enfermedad que afecta solo el corazón, pero realmente un infarto es la pérdida de flujo sanguíneo hacia un tejido causando la muerte de las células que lo componen. 

El infarto renal es una enfermedad poco frecuente, tiene una incidencia del 1.4 % dentro de los cuadros de dolor abdominal. Clínicamente se manifiesta con dolor lumbar (fosa renal) o dolor abdominal intenso de difícil manejo, sangrado en la orina, náuseas, vómito o fiebre.

El diagnóstico suele ser difícil, inclusive se puede considerar infradiagnosticado. Se pueden observar alteraciones analíticas como la elevación de la creatinina (si el infarto es muy extenso o la persona contaba con un solo riñón) y marcadores de destrucción celular, pero no están siempre presentes. Ante la sospecha se debe confirmar con una prueba de imagen que evidencie la alteración en el flujo renal.

Una vez realizado el diagnóstico, el tiempo de evolución es esencial, si ha pasado poco tiempo entre el inicio del cuadro y el diagnóstico se intentará restablecer el flujo sanguíneo, recuperando así el área afectada. En cambio, si ha pasado mucho tiempo o por las características del infarto es imposible reperfundir, se deberá iniciar anticoagulación para evitar un nuevo evento.

Se deberá realizar un estudio del paciente para valorar la causa del infarto, siendo las más comunes la afectación cardiaca (cardiopatía, arritmias,etc) o trastornos de la coagulación.

Humberto Rojas. MIR 3º Año Nefrología.

Dr Sergio Bea, Coordinador del blog del paciente renal.