¿Cómo funciona una dieta baja en proteínas?

Este tipo de alimentación requiere que controlemos la cantidad de proteína que consumimos. Normalmente, se aconseja que constituya del 4 al 8% de las calorías diarias. Esto se traduce en entre 20 y 50 gramos de proteína por día, dependiendo de la cantidad de calorías que consumamos.

Para poder comparar, generalmente se recomienda que una persona común al menos un 10-15% de sus calorías diarias de las proteínas. Esta cantidad puede aumentar para deportistas, adultos mayores y personas con determinados problemas de salud.

Las proteínas son vitales para la salud, pero reducir la ingesta de proteínas puede ser terapéutico para personas con afecciones específicas. En particular, las dietas bajas en proteínas pueden beneficiar a las personas con función hepática o renal disminuida. También pueden ser necesarias para aquellos con trastornos que afectan el metabolismo de las proteínas, como homocistinuria y fenilcetonuria.

Sin embargo, seguir una dieta con pocas proteínas requiere una planificación cuidadosa para prevenir problemas de salud y deficiencias nutricionales. Además, existen otros riesgos y posibles inconvenientes que debemos considerar antes de comenzar una dieta así. Por lo que se recomienda acudir a un especialista para asegurarnos de estar bien nutridos.

¿Quién debería seguir esta dieta?

Algunas personas no pueden tolerar altos niveles de proteína. Si el cuerpo no puede procesar las proteínas o sus restos, estas sustancias se acumulan y causan síntomas que van desde náuseas y vómitos hasta daño cerebral. Para estas personas, seguir una dieta baja en proteínas reducirá el riesgo de efectos negativos en la salud.

Enfermedad del riñón previa a la diálisis

Al reducir la ingesta de proteínas, las personas con enfermedad renal que no están en diálisis pueden reducir el estrés en los riñones y prevenir la acumulación de urea en el torrente sanguíneo. El cuerpo produce urea, un compuesto, durante la digestión de proteínas. En las personas que no tienen problemas renales, la urea sale del cuerpo a través de la orina sin causar problemas.

Sin embargo, cuando los riñones no funcionan correctamente, la urea se acumula en la sangre y causa síntomas como náuseas, fatiga y pérdida del apetito. Hay estudios que muestran que una ingesta muy baja de proteínas puede ralentizar la progresión de la insuficiencia renal avanzada.

Nefropatía diabética

La ciencia también ha descubierto por estudios que una dieta baja en proteínas puede mejorar los síntomas de la nefropatía diabética, que se refiere al daño renal inducido por la diabetes.

Sin embargo, no descubrió efectos adversos de la dieta, como el empeoramiento de otros síntomas de la diabetes.

Alimentos recomendados

La fruta fresca y la mayoría de las verduras pueden desempeñar un papel importante en una dieta baja en proteínas. Reemplazar un poco de carne con verduras y cereales es una forma eficaz de reducir la ingesta de proteínas. Las verduras y los cereales deben formar el cuerpo principal de las comidas, con una fuente de proteínas suplementaria.

Una persona que sigue una dieta baja en proteínas puede obtener la mayor parte de sus calorías de los siguientes alimentos, que son relativamente bajos en proteínas.

Bajos en proteínas

Los siguientes son alimentos bajos en proteínas:

  • Todas las frutas, excepto las frutas secas
  • Todas las verduras, excepto guisantes, alubias y maíz
  • Muchas fuentes de grasas saludables, como el aceite de oliva y los aguacates
  • Hierbas y especias

Hay otros tipos de alimentos que son bajos en proteínas y que una persona debe ser prudente al incorporarlos a la dieta. Algunos de estos alimentos incluyen azúcar, caramelos sin gelatina, té y café, sin leche de vaca, mermeladas y jaleas, mayonesa y muchas salsas y aderezos, incluidas salsas de tomate y aderezos para ensaladas.

Moderados en proteínas

En una dieta baja en proteínas, las personas deben comer alimentos que contengan cantidades moderadas de proteínas con moderación. Algunos ejemplos son:

  • Pan
  • Cereales
  • Pasta
  • Avena
  • Maíz
  • Arroz

Las versiones bajas en proteínas de muchos de estos productos están disponibles online, en herboristerías o en parafarmacias. Se pueden incluir proteínas de origen vegetal y carne en la dieta, pero deben usarse como guarniciones y consumirse solo en pequeñas cantidades. También es posible que deba aumentarse el consumo de grasas saludables, que pueden proporcionar calorías adicionales para ayudar a satisfacer las necesidades diarias.

Comidas que se deben limitar

La proteína sigue siendo una parte necesaria de la dieta, incluso si seguimos una dieta baja en proteínas. Así que no se trata de evitarla por completo. Sin embargo, si seguimos una dieta baja en proteínas, hay que consumir alimentos ricos en proteínas como productos de origen animal y proteínas de origen vegetal con moderación.

Para hacer esto, hay que aumentar la ingesta de alimentos saludables bajos en proteínas como frutas y verduras. Al mismo tiempo, es posible que debamos reducir el tamaño de las porciones de proteínas. Por ejemplo, una porción de pollo generalmente pesa alrededor 113 gramos. Con una dieta baja en proteínas, es posible que debamos reducir esa cantidad a la mitad y ceñirnos a 57 gramos para mantener la ingesta de proteínas bajo control.

Alimentos ricos en proteínas que debe limitar o evitarse son:

  • Carnes como pollo, pavo, ternera y cerdo
  • Pescados y mariscos
  • Huevos
  • Legumbres, incluidos frijoles, guisantes y lentejas.
  • Productos lácteos como leche, queso y yogur.
  • Productos de soja como tofu y tempeh.
  • Frutos secos como nueces, almendras y pistachos.
  • Semillas como semillas de chía, semillas de lino y semillas de cáñamo.

Efectos secundarios

La proteína es un nutriente esencial crucial para el crecimiento y el desarrollo. El cuerpo lo usa para formar la base de los músculos, piel y huesos, producir enzimas y hormonas importantes y construir y reparar tejidos.

Los estudios muestran que una deficiencia de proteínas puede tener efectos perjudiciales para la salud, incluida la función inmunológica deteriorada, la pérdida de masa muscular y la disminución del crecimiento. Otros posibles síntomas de una deficiencia de proteínas incluyen hinchazón, anemia, enfermedad del hígado graso, caída del cabello y reducción de la densidad ósea.

Además de los posibles riesgos para la salud involucrados, disminuir la ingesta de proteínas puede ser un gran desafío. Seguir una dieta baja en proteínas no solo requiere un seguimiento en la alimentación, sino que también requiere una planificación cuidadosa para asegurarse de satisfacer las otras necesidades nutricionales. Esto se debe a que los alimentos ricos en proteínas aportan una buena cantidad de calorías y micronutrientes clave.

Por ejemplo, la carne de res es rica en vitaminas B, hierro y zinc, mientras que las legumbres son una buena fuente de magnesio, fósforo y potasio. Al seguir una dieta baja en proteínas, es importante asegurarse de obtener estos nutrientes de otras fuentes para prevenir las deficiencias de nutrientes. Por eso, es importante seguir los consejos de un profesional y aceptar el seguimiento de un nutricionista.

 

Fuente: https://lifestyle.fit/dietas/adelgazar/dieta-baja-proteinas

 

Christian Mañas Ortiz

Nutricionista CHGUV

Dr. Sergio Bea Granell

Coordinador blog renal

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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