Rabdomiolisis: Cuando el deporte deja de ser beneficioso.

La rabdomiolisis (rotura del músculo esquelético) es una enfermedad causada por un daño en el músculo, con destrucción de células musculares, en la que se produce una liberación de sustancias del interior de dichas células a la sangre. Estas sustancias viajan a través del torrente sanguíneo y pueden dañar varios órganos como el corazón o los riñones. En este último caso esto es debido a que las sustancias liberadas se depositan en los túbulos renales, pudiendo llegar a provocar una Necrosis Tubular Aguda (NTA) y condicionando un fracaso renal agudo.

Las causas más frecuentes son: el ejercicio físico excesivo, los traumatismos, las quemaduras y algunos fármacos y drogas, como el alcohol, la cocaína y ciertas estatinas, siendo además otros factores de riesgo el calor, la deshidratación y la altura. Se ha observado que la mayoría de los pacientes tienen más de una causa.

Entre los síntomas más frecuentes encontramos: dolor muscular de gran intensidad, rigidez, fiebre, orinas oscuras (coluria), deshidratación, taquicardia y malestar general. Sin embargo, la mitad de los pacientes pueden no presentar síntomas o ser inespecíficos. Una vez se ha producido el daño renal (3-7 días tras la lesión muscular) aparecen trastornos analíticos e incluso oliguria (disminución de la diuresis).

Para el diagnóstico se utiliza la medición en sangre de la CPK (una enzima del interior del músculo que nos indicará destrucción del mismo si está elevada). El diagnóstico de rabdomiolisis se hace al elevarse la CPK 5 veces sobre su nivel normal y dicho nivel se relaciona con la presencia de afectación renal. Además se pueden producir alteraciones electrolíticas (hiperpotasemia, hiperfosforemia, hipocalcemia, hiperuricemia..), acidosis metabólica y aumento de la urea y creatinina. La orina puede presentar un color marronáceo debido a la presencia de mioglobina.

El tratamiento empleado en estos casos consiste en la administración de líquidos endovenosos (abundante hidratación), forzar la diuresis y controlar los electrolitos, ya que se trata de las medidas con mayor evidencia científica.

Aunque en la mayoría de las ocasiones el fracaso renal agudo secundario a rabdomiolisis tiene un curso benigno con recuperación de la función renal en aproximadamente 3 semanas, puede llegar a ser una enfermedad grave que puede desembocar en enfermedad renal crónica o incluso en la muerte del paciente, por lo que es primordial su prevención y el diagnóstico y tratamiento precoz. Para prevenirla es importante evitar sobreesfuerzos físicos excesivos y mantener una adecuada hidratación antes, durante y después.

Celia Ahedo Martín, R2 de Nefrología del CHGUV.
Sergio Bea, Coordinador del Blog del Paciente Renal.