Si tengo enfermedad renal, ¿Cuánto debo beber?

Algunas de las dudas que surgen cuando se padece enfermedad renal crónica es la cantidad de líquidos que el paciente puede ingerir.

Para tratar este tema debemos tener en cuenta una serie de aspectos como el momento de la enfermedad renal en la que se encuentra el paciente o el tipo de terapia renal sustitutiva que está utilizando.

Según el momento de la enfermedad renal, tenemos varios horizontes posibles sobre la ingesta de agua:

• Enfermedad renal crónica avanzada (ERCA): La ingesta no suele estar limitada a no ser que el nefrologo/a detecte posibles alteraciones en la excreción de agua. Estos pacientes pueden beber a voluntad sin necesidad de restringir la cantidad de líquidos. Debe evitarse el consumo de refrescos y bebidas para deportistas, así como una ingesta excesiva de líquidos ya que también puede ser perjudicial.
• Enfermedad renal crónica con necesidad de terapia sustitutiva: La ingesta de agua suele estar limitada a medida que se va perdiendo la capacidad de orinar por parte del paciente. Sin embargo, hay diferencias en función de la terapia renal sustitutiva que pueden condicionar la cantidad de agua que se puede beber.

El tipo de terapia renal sustitutiva condicional la ingesta de agua:

• Hemodiálisis: La cantidad está limitada en función de la capacidad de orinar del paciente. Esta situación es conocida como función renal residual. Las recomendaciones de ingesta hídrica (agua + líquidos) recomendadas para este tipo de pacientes son de 0.5L al día + la cantidad que se orine.
• Diálisis peritoneal: En la diálisis peritoneal, la cantidad de agua recomendada suele ser algo superior a la de los pacientes en hemodialisis. Esto es debido a que los pacientes en diálisis peritoneal mantienen durante más tiempo la función renal residual. A efectos prácticos las recomendaciones son las mismas (0,5L + orina producida), sin embargo, dado que estos pacientes orinan más durante más tiempo, pueden ingerir mayores cantidades de agua.

Algunas recomendaciones prácticas respecto a la ingesta hídrica son:

1.- En pacientes con ERCA la capacidad de generar alto volumen de orina se conserva hasta etapas avanzadas de la enfermedad.

2.- La ingesta de agua, más allá de la necesaria para eliminar la carga osmótica, puede ayudar a preservar la función renal. Alcanzar una diuresis de 2-3 litros al día, o incluso mayor, es una propuesta razonable y adecuada. Esta medida se aplica con más evidencia en pacientes con PQR.

3.- La alta ingesta líquida a base principalmente de agua simple es lo recomendable, evitando los producos líquidos ricos en azúcares.

4.- Esta recomendación debe aplicarse con cautela e individualizarse:

4.1.- No es aplicable a pacientes con síndrome cardiorrenal, con riesgo de retención hidrosalina e insuficiencia cardiaca congestiva.

4.2.- La ingesta forzada puede exceder la capacidad dilutoria renal e inducir hiponatremia.

5.- Medidad de control complementarias (en prevención de los efectos adversos mencionados):

5.1.- Medición periódica de la diuresis de 24 hs por parte del paciente y control del peso.

5.2.- Vigilancia sistemática de la osmolalidad urinaria y del sodio en sangre y orina en las consultas.

6.- Deben observarse las medidas para prevenir la deshidratación, circunstancia más frecuente en épocas estivales y en pacientes añosos, que son la población mayoritaria en consultas ERCA.

7.- Debe hacerse hincapié en el autocontrol de la medicación reduciendo o suspendiendo transitoriamente los diuréticos y bloqueantes del eje renina-angiotensina-aldosterona, ante circunstancias de riesgo de deshidratación.

Fuente

Christian Mañas Ortiz

Nutricionista servicio nefrología CHGUV

Dra. Esther Tamarit Antequera

Coordinadora blog renal