Importancia de la inflamación en la ERC

Optimización de la dieta para reducir la inflamación

Las personas que han desarrollado enfermedad renal crónica tienden a presentar unos niveles de inflamación sistémica aumentados. Esto provoca que otros sistemas comiencen a fallar en su funcionamiento, generándose comorbilidades.

De hecho, la prevalencia de diabetes de tipo 2 o de síndrome metabólico en estas personas es elevado. Para evitar dicha situación habrá que poner en marcha algunas estrategias dietéticas.

La primera de ellas consiste en aumentar el consumo de vegetales. Tanto las frutas como las verduras son fuente de fitoquímicos, elementos con una poderosa acción antioxidante y antiinflamatoria.

Son capaces de neutralizar la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos, lo que se asocia con una disminución en el riesgo de desarrollar otras patologías. Así lo confirma un estudio publicado en European Journal of Medicinal Chemistry.

En líneas generales, conviene priorizar la ingesta de verduras frente a la de frutas. Estas últimas cuentan en su interior con ciertos azúcares simples que podrían no resultar positivos si se consumen en grandes cantidades o si existen enfermedades de base. No quiere decir que no puedan aparecer en la pauta, sino que se debe dar mayor importancia a otros grupos de vegetales, como las crucíferas.

La dieta antiinflamatoria exige tomar más alimentos frescos y olvidarse de los procesados.Verduras y frutas, pescados grasos, huevos y carnes blancas deben ganar espacio en la cesta de la compra; los lácteos bajos también han de consumirse, pero de forma moderada. El objetivo es alimentarse con productos ricos en minerales, vitaminas, antioxidantes, fibra y ácidos grasos, en especial omega 3.

Los antioxidantes presentes en frutas y verduras de colores brillantes (tomates, zanahorias, calabaza y brócoli) pueden disminuir el efecto de los radicales libres, responsables del daño celular. El aceite de oliva, los granos integrales y sus derivados y los pescados, en concreto los grasos o azules, son otros productos para incorporar en nuestra dieta. «Su aporte de sustancias bioactivas, como los fitoquímicos (particularmente presentes en la fruta y verdura), los fenólicos y otras sustancias con alta capacidad antioxidante (como los carotenos), contribuyen también a neutralizar el daño celular por oxidación que ocasionarían los radicales libres», detalla el dietista-nutricionista.

Los alimentos antiinflamatorios que sí debes comer

  • Pescados grasos: atún, sardina, boquerón, arenque, caballa y salmón.
  • Fruta: cereza, fresas, arándanos, granada, manzana, limón y naranja.
  • Verduras: brócoli, espinacas, ajo, tomate y cebolla.
  • Carnes blancas: pollo y pavo.
  • Aceites y grasas saludables: aceite de oliva virgen extra (AVOE) y aceite de cacahuete.
  • Legumbres.
  • Cereales integrales: cebada, avena y salvado.
  • Huevos.
  • Azafrán y cúrcuma.

Alimentos proinflamatorios a evitar

Hay alimentos que contribuyen a mantener o aumentar el estado inflamatorio crónico. Por norma, rehúye de los ultraprocesados. Contienen grasas no saludables —saturadas y trans, las que elevan el «colesterol malo» (LDL)—, y altas cantidades de sal y azúcares. También son muy bajos en fibra y tienen mucha densidad energética. El consumo frecuente de alimentos altamente procesados «se asocia a un mayor riesgo de diabetes, obesidad o enfermedades cardiovasculares, unas dolencias que por sí mismas ya generan un estado pro inflamatorio», recuerda Manuel Moñino.

Los alimentos que no debes comer:

  • Bollería industrial: galletas, bollos y helados.
  • Bebidas azucaradas: refrescos y zumos.
  • Caramelos y chucherías.
  • Aceites vegetales refinados: girasol, maíz y soja.
  • Harinas blancas refinadas: pan y pasta.
  • Carnes procesadas y rojas: embutidos, salchichas, vaca y cordero.
  • Aperitivos: patatas fritas, gusanitos, cortezas…
  • Azúcar y derivados.
  • Comida preparada: pizza, nuggets, palitos de pescado…

Fuente: https://www.consumer.es/alimentacion/dieta-antiinflamatoria-alimentos-recomendados-prohibidos.html

 

Christian Mañas

Nutricionista servicio nefrología CHGUV

Dra. Esther Tamarit

Coordinadora blog renal

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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