La vitamina D clave del buen funcionamiento del sistema inmune
El déficit de vitamina D (nutriente necesario para el fortalecimiento de los huesos) se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo y afecta a más de la mitad de la población. En España, la insuficiencia de esta vitamina ha sido descrita en todas las edades y en ambos sexos y su prevalencia es alta entre pacientes con muchos tipos de procesos patológicos, como obesidad, diabetes, enfermedad renal crónica o dermatitis atópica, entre otros. Esta deficiencia puede llegar a causar osteoporosis y raquitismo.
Muchas veces en el blog hemos publicado artículos hablando de los pros y los contras de la vitamina D. Hemos querido ahora mencionar este artículo porque está de actualidad ya que parece que el uso de vitamina D proprorciona cierto beneficio en pacientes con infección por Covid.
Sociedades científicas nacionales, como la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), e internacionales, como la International Osteoporosis Foundation (IOF), la American Association of Clinical Endocrinologists (AACE), la Endocrine Society (ES) y la National Osteoporosis Foundation (NOF), han acordado que las cantidades óptimas de colecalciferol (vitamina D3) son las que permiten mantener unos niveles séricos en torno a 30 ng/mL.
El doctor Miguel Cervero Jiménez, adjunto de Medicina Interna del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid), y coordinador de un reciente estudio sobre Vitamina D y COVID-19, destaca la importancia de tener unos niveles adecuados de vitamina D por sus efectos inmunomoduladores e implicación en la promoción de un entorno antiinflamatorio.
¿Qué papel desempeña la vitamina D sobre la respuesta inmune?
El sistema endocrino de la vitamina D (SEVD) tiene numerosos efectos moduladores sobre las células del sistema inmunitario, dado que la mayoría de ellas expresan receptores para la vitamina D. Favorece la respuesta antimicrobiana (respuesta inmunitaria innata), reduciendo la infección viral y reduce la permeabilidad del pulmón. Esta actividad es crucial en el caso de la infección por SARS-CoV-2, ya que el virus emplea ACE2 como principal receptor para infectar las células y regula negativamente su expresión, lo que lleva a una reacción inflamatoria en cadena; estabiliza las barreras físicas por el mantenimiento de uniones intercelulares a través de mecanismos de transcripción genética y promueve el desarrollo de ambiente antiinflamatorio por el aumento de citoquinas antiinflamatorias por los macrófagos IL-10 (respuesta Th2), de células reguladoras (Treg) y reducción de las citoquinas pro inflamatorias como el Factor de Necrosis Tumoral e Interferón g (respuesta Th1).
¿Qué formas de vitamina D hay disponibles?
Para el tratamiento del déficit de vitamina D en España disponemos de preparados de vitamina D3 (colecalciferol), calcifediol, calcitriol y alfacalcidiol.
Calcitriol y alfacalcidiol tienen una vida media corta (5-8 horas) y, al ser metabolitos activos, su toma supone un mayor riesgo de hipercalcemia, por lo que no se recomiendan para el tratamiento habitual del déficit de vitamina D.
Debemos tener en cuenta que la vitamina D3 (colecalciferol) y el calcifediol no son equipotentes. Calcifediol es más hidrofílica, tiene una vida media más corta, más rápida en su comienzo de acción y es de 3 a 6 veces más potente para elevar las concentraciones séricas de 25(OH)D.
Se seleccionó colecalciferol porque las guías de las diferentes sociedades científicas y autoridades sanitarias de diferentes países hacen referencia en su mayoría a las dosis recomendadas de vitamina D3 (colecalciferol) y con menos frecuencia hacen referencia al calcifediol. Además, la mayoría de los ensayos clínicos llevados a cabo para demostrar la eficacia y seguridad de la vitamina D, en relación a la infección y prevención de infección viral SARS-CoV-2, han considerado la administración de colecalciferol como medicamento en investigación. A diferencia del calcifediol, el colecalciferol cuenta con un mecanismo específico de retroalimentación en su hidroxilación hepática, que evita la actividad excesiva de la vitamina D.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha establecido el nivel máximo de ingesta admisible para la vitamina D3 (colecalciferol) en 4.000 UI/día, es decir, en población general y de manera crónica la ingestión de 4.000 UI/día de vitamina D3 (colecalciferol) es segura (no hay evidencia de hipercalcemia, ni de hipercalciuria, ni de ningún otro efecto adverso observado).
La suplementación de 10.000 UI/día durante 14 días en personas ingresadas por SARS-CoV-2 grave fue segura y bien tolerada.
La suplementación de 10.000 UI/día de vitamina D3 durante 14 días produjo efectos beneficiosos, como mayores niveles de linfocitos T CD4+ en sangre, y un mejor control de la respuesta inflamatoria en personas ingresadas con formas graves de SARS-CoV-2.
Se observó además un aumento significativo de la capacidad de algunas células inmunitarias de eliminar células infectadas por SARS-CoV-2, lo cual podría facilitar la eliminación del virus del organismo.
El cribado universal de vitamina D no está indicado en la población general. Se debe realizar en población de riesgo como pacientes con enfermedad renal crónica, hepática o síndrome de malabsorción, ancianos institucionalizados – con historia de caídas o con historial de fracturas no traumáticas-, pacientes con raquitismo, osteomalacia u osteoporosis, enfermos con hiperparatiroidismo, embarazadas o mujeres que están en periodo de lactancia, obesos, personas con exposición solar insuficiente, pacientes a lo que se les administra anticonvulsivantes, glucocorticoides, antirretrovirales para VIH, antifúngicos, colestiramina y personas que sufren alguna enfermedad granulomatosa.
En el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid) se ha ampliado la solicitud de determinación de vitamina D y se ha corregido dicha deficiencia en pacientes con infección por SARS-CoV-2.
Fuente : diario médico.com
Dra.Esther Tamarit Antequera
Nefróloga CHGUV
Coordinadora Blog Renal
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