Manejo del dolor en el paciente renal
El dolor es un síntoma común en pacientes con insuficiencia renal crónica en comparación a la población general, esto se debe a diferentes factores que pueden propiciar su aparición, como lo es el daño sobre el riñón (poliquistosis renal), comorbilidades como la diabetes (condicionando neuropatía o enfermedad vascular periférica), dolor músculo esquelético (por osteodistrofia renal), calambres o dolores de cabeza post-diálisis, entre otras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea una escala analgesica para controlar el dolor en la población general, por otro lado también existen recomendaciones adaptadas a las personas con insuficiencia renal, partiendo de que hay medicamentos que son eliminados por vía renal o que puede empeorar la funcionalidad de un riñón si esta ya se encontraba afectado previamente; sin olvidar que ciertas moléculas pueden eliminarse durante la hemodiálisis o diálisis peritoneal.
¿Cómo aliviamos el dolor sin empeorar el estado general del paciente?
La OMS propone individualizar el manejo analgesico de acuerdo a cada paciente, comorbilidades y función renal. Iniciando con un primer escalón de analgesia básica siendo de elección paracetamol/acetaminofen (siendo este similar tanto para el paciente renal como para la población general) de acuerdo a la respuesta ir adicionando o aumentado medicación, de esta manera, si no es alcanzado el objetivo se debe pasar al siguiente escalón terapéutico. Aquí es donde encontramos la primera gran diferencia, ya que en este segundo escalón se opta por el uso de AINES (antiinflamatorios no esteroideos) con el potencial de generar insuficiencia renal aguda o empeorar la función renal previa (Ibuprofeno, desketoprofeno, etc), mención aparte para el metamizol que aunque pertenece a la familia de los AINES no es frecuente la aparición de daño renal. Por último en el tercer escalón optamos por fármacos opioides, no se aconseja el uso de morfina, meperidina o propoxifeno dada la acumulación de los mismos al no poder eliminarse de manera normal por el daño renal, por tanto se decide utilizar opioides con eliminación hepática como la buprenorfina. En caso de dolor neurológico se pueden utilizar pregabalina o gabapentina de manera segura desde el punto de vista renal.
Es importante recordar que la automedicación puede traer graves consecuencias, por eso es importante consultar y seguir las recomendaciones de su médico tratante.
Humberto Rojas. MIR 4º Año Nefrología
Dra Esther Tamarit Antequera, Coordinadora del Blog del Paciente Renal
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