La «diálisis a la carta» en las personas de edad avanzada

Según datos de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), más de la mitad de los pacientes que inician un tratamiento renal sustitutivo (ya sea hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante) tienen al menos 65 años y, el 30% más de 75 años. También se ha constatado que entre los pacientes en tratamiento renal sustitutivo, el grupo de los mayores de 75 supone un 21%. Una cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que el total de personas que reciben esas terapias en España supera a las 1.280 por millón de población (y de ellas, el 41,2% recibe hemodiálisis).

Para Roberto Alcázar, nefrólogo del citado hospital, este tipo de pacientes es cada vez más común en las unidades de diálisis -“es un hecho que está aumentando la incidencia y la prevelancia”- y a ello ha contribuido un abordaje personalizado. “Independientemente de la edad, se busca individualizar el tratamiento. Para ello, se adecúa tanto el tipo de diálisis como el número de sesiones y la cantidad de horas administradas a cada paciente. Todo eso se programa teniendo en cuenta las patologías de base del enfermo”.

Objetivos específicos

Los nefrólogos se plantean objetivos determinados en cada caso. Con ellos en mente, pueden jugar con determinados factores, desde el tipo de filtro utilizado para depurar toxinas a elementos que determinan el grado de diálisis. Por ejemplo, en los enfermos con insuficiencia cardíaca, las diálisis suelen ser más largas y a veces requieren programarse en más días; o si el enfermo es susceptible de sufrir arritmias, se modula el gradiente de concentración del potasio; en el paciente joven se busca una diálisis de alta eficacia, que tolere bien. Y, por supuesto, en los pacientes mayores, la dosis de diálisis se adecúa a sus requerimientos basales.

Sesiones más largas

“Habitualmente, en los enfermos de más edad recurrimos a diálisis largas, con lo que se consigue que no haya mucha pérdida de volumen a lo largo del tratamiento. Tenemos herramientas de vigilancia: sensores que nos muestran si está cayendo la tensión arterial y el volumen sanguíneo”. De esta forma, se consigue una mejor tolerancia y que se reduzcan los eventuales episodios de hipotensión arterial. En definitiva, se intenta que el paciente tras la sesión de diálisis no sufra tanto síntomas de astenia y debilidad, y que se encuentre en general en mejor estado.
En cuanto a la supervivencia asociada a estos tratamientos, está condicionada a la patología de base del paciente al entrar en diálisis. La principal causa en España para recibir este tratamiento es la diabetes, con el deterioro que ello implica. Globalmente, la supervivencia a cinco años se sitúa en el 57%.

Cantidades adecuadas a cada perfil

Alcázar, junto a Patricia de Sequera, Marta Albalate y Elena Corchete, entre otros nefrólogos del Hospital Infanta Leonor, han abundado en diversas investigaciones sobre la cantidad idónea de diálisis que debe indicarse atendiendo a las necesidades del paciente, así como cuál es el mejor método para calcularla. Se ha observado que utilizar las fórmulas convencionales “puede provocar que tanto personas muy mayores como mujeres estén infradializados. Algo que puede corregirse si se emplea una fórmula ajustada a la superficie corporal del paciente”, dice Alcázar.

La diálisis ‘a la carta’ alcanza a edades cada vez mayores

Dra. Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal

Nefrología. CHGUV

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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