La bioimpedancia eléctrica como método para cuantificar el agua corporal en hemodiálisis

La bioimpedancia se basa en el principio de que los tejidos biológicos se comportan como conductores o aislantes de una corriente eléctrica dependiendo de su composición. De esta forma, mide la impedancia del cuerpo a una corriente eléctrica alterna de características conocidas, siendo esta la resultante de la resistencia (R=oposición de las soluciones iónicas intra y extracelulares al paso de la corriente) que mide estado de hidratación y la reactancia (Xc=producto de la capacitancia de las membranas celulares, que se comportan como condensadores), midiendo fundamentalmente el estado nutricional.

Existen dispositivos de monofrecuencia (SF-BIA, 50kHz) donde se asume que la membrana celular actúa como aislante y evita que penetre la corriente eléctrica en la célula, de forma que fluye predominantemente a través del espacio extracelular (ECW) de los tejidos o multifrecuencia (MF-BIA, 5–500kHz), donde la corriente sí penetraría en la membrana celular permitiéndole pasar a través tanto de los espacios extra e intracelular (ICW). Una interesante modificación del SF-BIA es el llamado enfoque vectorial (BIVA), que no requiere fórmulas y está basado en la representación gráfica directa de la R y Xc obteniendo una valoración semicuantitativa (escala de percentiles) del estado de hidratación de un sujeto en cualquier condición clínica, confrontando el vector impedancia medio con la variabilidad de la población de referencia, descrita por elipses de tolerancia, específicas por género y raza. El método no necesita asumir ningún modelo de composición corporal o de hidratación y es independiente del peso corporal. Por otro lado, en la bioimpedancia espectroscópica (BIS) se parte de la mismas asunciones que en la MF-BIA pero utiliza un modelo matemático y ecuaciones validadas en poblaciones de pacientes (representación Cole-Cole y ecuaciones de Hanai) para determinar la resistencia eléctrica de ICW y ECW primero, y el volumen de sus respectivos compartimentos después; de esta forma es capaz de identificar la sobrehidratación individual (OH). Cada método tiene sus ventajas y sus limitaciones y ninguno puede ser considerado como un estándar de oro en la actualidad.

Diversos estudios han confirmado la bioimpedancia como una herramienta validada, rápida, segura y de fácil uso que permite el ajuste del peso seco de una manera fisiológica, lo que la convierte en una opción muy valiosa en el seguimiento de estado de hidratación en pacientes en diálisis a causa de la reproducibilidad del método. Esto puede ser especialmente importante en pacientes en diálisis con eventos agudos o crónicos frecuentes dada su comorbilidad y en los que una pérdida catabólica de la masa corporal magra puede conducir a una rápida sobrehidratación si el peso seco no se ajusta adecuadamente.

Por otro lado, está demostrado asimismo que la sobrehidratación mantenida puede resultar en un aumento de la morbi-mortalidad. En un estudio reciente de Wizemann et al se observó que, mientras los eventos cardiovasculares se mantuvieron como la primera causa de mortalidad, el estado de hiperdratación aparece como factor predictor independiente de mortalidad en pacientes crónicos en hemodiálisis, secundario solo a la presencia de diabetes. Para identificar el grupo de pacientes sobrehidratados con mayor riesgo de mortalidad establecieron el término sobrehidratación relativa correspondiendo a aquellos pacientes con un exceso de ECW mayor del 15% (OHrelativa=OHpre/ECWx100), observándose en el 25% de los mismos (n=13).

Nuestro grupo asimismo evaluó recientemente el estado de hidratación de 145 pacientes con enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) y en diálisis (datos no publicados) mediante BIS observando la sobrehidratación en el grupo de hemodiálisis fue de 1,39±1,5l (OH relativa 8,4±9%), en diálisis peritoneal 1,28±1,9l (OH relativa 7,3±9%) y en prediálisis de 1,32±2,4l (OH relativa 6,6±10%). Hemos identificado un 23% de pacientes en diálisis y un 10% en ERCA que presentan sobrehidratación, concluyendo que la BIS es una herramienta útil en la valoración del estado de hidratación de los pacientes en ERCA y en diálisis, permitiendo ajustar de una forma objetiva la medicación diurética en ERCA y la ultrafiltración y el peso seco en los pacientes en diálisis.

 

Fuente:

 

Christian Mañas

Nutricionista CHGUV

Dra. Esther Tamarit

Coordinadora blog renal

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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