¿Y dónde han quedado los prebióticos en la enfermedad renal crónica?

Llamamos prebióticos a aquellos compuestos biológicos comestibles, pero no digeribles, que promueven la formación de una flora bacteriana beneficiosa en el tracto gastrointestinal.

Gracias a los avances en el estudio de la metabolómica y de la flora intestinal, se ha descubierto que existe una importante correlación entre la presencia de ciertos metabolitos (p-cresil sulfato, indoxil sulfato, y acido acético-3 indol; PCS, IS y AAI) y peor progreso de la enfermedad renal crónica. Ya que promueven efectos negativos como resistencia a la insulina, activación de sistema renina-angiotensina-aldosterona y fibrosis renal, lo que a su vez conlleva a alteración de la función de los vasos sanguíneos y formación aterogénesis.

Por otro lado, se ha evidenciado que la presencia de estos metabolitos aumenta en aquellas personas con dietas altas en proteínas y bajas en fibra. Este tipo de dietas promueve el aumento en la proporción de proteobacterias y disminuyen la de lactobacilos. Como se puede imaginar, son las proteobacterias, junto con otras especies bacterianas las que aumentan la formación de los metabolitos perniciosos mencionados previamente.

¿Y en donde nos deja esto?

A pesar de las claras evidencias de que una dieta que promueva la formación de especies benignas (como los lactobacilos), puede ayudar a disminuir el estado inflamatorio y la producción de toxinas urémicas, todavía no contamos con la definición adecuada de como debe ser esta dieta. Se han realizado diversos estudios en ratones y en humanos con diversos tipos de prebióticos, pero sin llegar a claras conclusiones. Por un lado, los estudios experimentales con animales obtienen resultados prometedores; pero los estudios en humanos no muestran en muchos casos los mismo resultados.

Parte de la razón de estos resultados contradictorios puede derivarse de la extrapolación de las condiciones de laboratorio a la realidad. Cuando se realizan estudios en ratones, es más fácil homogenizar los grupos de estudio y calibrar perfectamente todos los factores que pueden afectar la microbiota intestinal. En el caso de los estudios humanos, en muchos casos es difícil estandarizar las dietas entre los distintos grupos, incluso dentro de los participantes de un solo grupo. Además, muchos de los estudios utilizan distintos tipos de prebióticos sin compararlos entre ellos, lo que dificulta luego la comparación de los resultados.

¿Entonces usamos prebióticos?

Esta ausencia de resultados certeros evita que por los momentos podamos agregar a las guías y protocolos de tratamiento, el uso rutinario de prebióticos y probióticos para los pacientes con enfermedad renal crónica. No obstante, tampoco esta contraindicado su uso, ya que tampoco se han visto resultados claramente negativos en estos estudios.

Sin embargo, la investigación continua y creemos que con el tiempo se podrá discernir mejor la fascinante y compleja interacción que ocurre entre nuestra alimentación, la microbiota y el resto de nuestro organismo.

 

Gustavo A. Useche Bonilla. Residente de 4º año.

Dra. Ana Oltra. Coordinadora del blog.

Servicio de Nefrología. CHGUV

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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