El trasplante renal como otra opción de tratamiento

El trasplante renal es una opción terapéutica reconocida y valorada en diversas patologías. Ante sus buenos resultados, cada vez existe más curiosidad respecto a esta intervención. Actualmente existe una mayor supervivencia de injertos y pacientes cuando el riñón procede de un donante vivo respecto a un donante fallecido. Estas diferencias están relacionadas con la ausencia de muerte celular en los tejidos, donde se liberan mediadores que atacan al injerto;la disminución del tiempo de isquemia del tejido o la posibilidad de preparar al receptor con inmunosupresión de forma anticipada. No obstante, se trata de un procedimiento no exento de riesgos y complicaciones inherentes a la anestesia, la cirugía (como la nefrectomía radical en caso del donante) y los derivados de vivir con un único riñón. El procedimiento de extracción renal se hace mediante laparoscopia, lo que ha reducido el tiempo de estancia hospitalaria. Los donantes deberán hacer reposo las dos primeras semanas y pasado ese período se valorará la reincorporación a la normalidad, postergando la actividad física intensa hasta las seis u ocho semanas. Para poder se donante de riñón existen ciertos requisitos: La edad mínima para la donación en nuestro país es de 18 años. Es una contraindicación el abuso de drogas y se requiere el abandono del alcohol y del tabaco al menos 4 semanas antes de la intervención, aunque se insiste en su eliminación definitiva. La tensión arterial debe ser fácilmente controlable, requiriéndose cifras tensionales inferiores a 140/90 mmHg. La obesidad severa (IMC >35), la diabetes mellitus, los procesos tumorales, el embarazo o el VIH son una contraindicación para la donación. Los riñones deben ser normales y la función renal debe estar conservada en con un valor de filtrado glomerular mayor de 90 ml/min/1,73 m2 y ausencia de proteinuria significativa, litiasis o infecciones de repetición. Además, la la donación debe ser libre, consciente y desinteresada y el trasplante ha de ser posible técnicamente. En el trasplante renal de donante vivo, se requiere un estudio separado en fases elaborado desde la consulta donde se ofrece información acerca del procedimiento, se realizan varias exploraciones (Analíticas, RX Tórax, ECG, Ecografía Abdominal, etc.), se firma el consentimiento informado, se determina el grupo ABO y se tipifican marcadores de histocompatibilidad. Posteriormente y tras la valoración reno-urológica se aprueba por Comité de Ética la intervención. El protocolo puede variar en función del hospital. Se trata por tanto de un campo innovador que permite abrir la mente a nuevas posibilidades de tratamiento frente a los problemas que plantea la enfermedad renal, un gran reto a abordar en la actualidad.

Marta Poves Gómez MIR Primer año

Ana María Oltra Coordinadora Paciente Renal

Hospital General Universitario Valencia