La nutrición en el paciente renal: Nuevas evidencias. Primera parte

La nutrición en el paciente renal: Nuevas evidencias. Primera parte

El paciente con enfermedad renal crónica (ERC) debe afrontar varios cambios en su vida a la hora de convivir con esta patología, no menos importante entre estos es la alimentación. Ante la ausencia de la capacidad de filtración y regulación de los iones y agua proporcionada por el riñón, es importante realizar varios cambios en la alimentación que limiten la progresión de la enfermedad, eviten sus complicaciones y mantengan un buen estado para el paciente.

Tradicionalmente, los pacientes deben adaptarse a una dieta que se basa en la prohibición de varios alimentos, así como de la restricción del consumo de agua y líquidos, y del empleo de técnicas de preparación y cocción que no solo requieren un esfuerzo extra, sino que además implican separarlo de la mesa familiar, al no poder consumir libremente lo que el resto de la familia come.

Sin embargo, nuevos estudios han venido cambiar el enfoque médico y nutricional con respecto a la alimentación del paciente renal. Siendo el primero de estos cambios la importancia de evitar la desnutrición, el desperdicio energético proteico (PEW, por sus siglas en inglés). Sabemos que en el estado prediálisis (estadios 1-4 de ERC) es importante mantener un consumo disminuido de proteínas para evitar la producción excesiva de metabolitos dañinos (alrededor de 0,6-0,75 gr/kg de peso), que a pesar de que parece poco, no esta muy lejos de los requerimientos en una dieta habitual de un paciente sin enfermedad renal (0,83-1 gr/kg de peso); que luego, al llegar al estado de diálisis estos requerimientos aumentan (1,2 gr/kg de peso). Pero es importante no olvidar el estado nutricional como un todo.

Tanto la desnutrición (IMC < 19,5) como el sobrepeso (IMC > 25) pueden aumentar el riesgo de mortalidad más rápidamente que otros factores aislados, por lo cual, debe ser valorado el estado nutricional regularmente, a través de parámetros clínicos y analíticos, así como comentar con el médico habitual cualquier cambio de peso fuera de lo normal.

Paradójicamente, en los pacientes que ya se encuentran en diálisis el sobrepeso parece no ser un factor de mortalidad tan importante como lo es la desnutrición, por lo que el control sobre la alimentación debe enfocarse hacia mantener al paciente en el lado derecho de la curva, siempre que este peso extra se deba a masa magra e incluso masa grasa, y no debido a retención hídrica y/o edemas.

Nuevos estudios que se están realizando hoy en día, plantean un enfoque más holístico sobre el tema, con lo que poco a poco obtendremos nuevas herramientas y pautas para ofrecer una mejor calidad de vida a nuestros pacientes.

La nutrición en el paciente renal: Nuevas evidencias. Primera parte

Nutr. Hosp. vol.25 supl.3 Madrid oct. 2010

Dr. Gustavo Andrés
Dra. Ana María Oltra
Nefrología. CHGUV

También te podría gustar...