¿ Qué son las litiasis renales?

Las litiasis renales son coloquialmente conocidas como «las piedras del riñón» y afectan a un 2-3% de la población, mayoritariamente a los varones a excepción de aquellos compuestos por estruvita que son más prevalentes en las mujeres. Están formados por mucopolisacáridos y elementos como el calcio, el fosfato amónico-magnésico, el ácido úrico o la cistina, entre otros.

Se producen por diversas causas como la sobresaturación urinaria de una sal que precipita, las variaciones en el ph urinario, la ausencia de sustancias protectoras de la cristalización como el citrato o el pirofosfato e incluso intervienen factores genéticos.

Los cálculos pueden ser asintomáticos siendo la arenilla un hallazgo casual en el sedimento urinario, pero cuando son grandes provocan hematuria por lesion de las paredes del aparato urinario, dolor cólico en caso de  desplazamiento de la litiasis o infecciones ya que algunos contienen bacterias en su interior e incluso algunas bacterias favorecen la precipitación de los mismos produciendo cuadros sépticos. Cuando la litiasis no se desplaza y se limita a la pelvis renal se conoce como nefrocalcinosis.

En el estudio de las litiasis se debe incluir el sedimento urinario, la radiografía de abdomen (a pesar de que los cálculos de ácido úrico, xantina y secundarios a fármacos son radiotransparentes) y ecografía urgente en caso de sospechar obstrucción, fracaso renal agudo, infección o en las situaciones con dolor cólico refractario o en los cólicos de pacientes monorrenos. No obstante, el TAC es la prueba de imagen que más información aporta permitiendo el diagnóstico diferencial con el carcinoma urotelial.

El tratamiento preventivo para pacientes que padecen litiasis consiste en una buena hidratación con ingesta mínima de 1.5 a 2 litros al día, dieta y fármacos. En caso de cólico nefrítico es necesario valorar su gravedad y si condiciona obstrucción o no. En relación al tratamiento de la litiasis si no es posible su expulsión espontánea (tamaño mayor de 6-8 mm) es necesario valorar la necesidad de actuación urológica, sobre todo en cálculos de gran tamaño, infecciones asociadas, obstrucción de la via urinaria, dolor incontrolable o hematuria importante.

Marta Poves Gómez – R2 Nefrología H. General Universitario

Ana Maria Oltra – Coordinadora del Blog del Paciente Renal