Cierre de la orejuela un opción para evitar la anticoagulación
El cierre de orejuela izquierda del corazón es un procedimiento que ha ganado relevancia en los últimos años. Este tratamiento busca evitar que los pacientes con fibrilación auricular tengan que tomar anticoagulantes durante toda su vida.
Cómo se realiza el cierre de orejuela
Antes de realizarla, el médico llevará a cabo una serie de pruebas para determinar si el paciente es apto para este tratamiento. Entre estas pruebas se encuentran la ecocardiografía transesofágica y la tomografía computarizada, que permiten analizar la anatomía de la orejuela y descartar la presencia de coágulos previos al procedimiento.
El día del procedimiento:
- Se administra anestesia al paciente y se realiza una punción en la ingle para acceder al sistema venoso.
- A través de un catéter, se introduce un dispositivo de cierre en la orejuela izquierda.
- El dispositivo se despliega dentro de la orejuela, sellándola y evitando el paso de coágulos hacia el torrente sanguíneo.
- Finalmente, se retira el catéter y se cierra la punción en la ingle.
Este procedimiento suele durar entre una y dos horas, y el paciente generalmente es dado de alta al día siguiente.
El cierre percutáneo de orejuela es considerado seguro y eficaz en la prevención de ACV en pacientes con fibrilación auricular seleccionados adecuadamente.
Esta opción puede ser atractiva en pacientes con fibrilación auricular no valvular y enfermedad renal crónica (ERC), ya que presentan un alto riesgo tanto tromboembólico como hemorrágico.También puede ser una alternativa viable en pacientes en hemodiálisis.
Los pacientes con enfermedad renal terminal en hemodiálisis tienen una alta prevalencia de fibrilación auricular (FA), del 3,8 al 27% en los diferentes registros.
La FA se asocia con un aumento del riesgo de episodios tromboembólicos sistémicos, incluido el ictus isquémico. En pacientes con riesgo alto según lo indicado por una escala CHA2DS2-VASc ≥ 2, se recomienda la anticoagulación oral.
Los pacientes en hemodiálisis con FA asociada tienen altas tasas de eventos tromboembólicos y hemorrágicos, de hasta 5,61 y 8,89 casos cada 100 años-personas respectivamente, lo cual dificulta la decisión de iniciar tratamiento anticoagulante.El tratamiento con antagonistas de la vitamina K se ha asociado con un mayor número de hemorragias y peor resultado clínico.Por otra parte, la experiencia existente con el empleo de anticoagulantes orales de acción directa en los pacientes hemodializados es escasa y el riesgo de hemorragia que conlleva se mantiene alto.
Fuente:
www.cun.es
www.revistadenefrologia.com
www.revespcardiol.org.es
Dra. Esther Tamarit Antequera
Nefróloga CHGUV
Coordinadora Blog Renal
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