La pérdida de masa y fuerza muscular en la enfemedad renal crónica

El músculo es uno de los mayores afectados por la enfermedad renal crónica (ERC), por diversos factores asociados a la degradación del riñón. A ello se añaden factores que también contribuyen a esa pérdida de tejido muscular, tales como la edad del paciente, sus comorbilidades o un estilo de vida sedentario. Es un proceso inexorable de difícil prevención que se puede paliar o contrarrestar a través de nutrición clínica y ejercicio físico.

“Existen múltiples estudios observacionales que relacionan la pérdida de la masa y fuerza muscular en la ERC con un aumento del riesgo de hospitalización, de padecer un infarto o, incluso, de fallecer. Este paciente es tan complejo que en la clínica tendemos a priorizar únicamente los riesgos metabólicos a corto plazo. Es importante centrarnos también en aspectos nutricionales y en programas de ejercicio físico que puedan beneficiar al paciente”, expone Juan Jesús Carrero, del Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, de Estocolmo. Carrero ha sido ponente en la jornada “Nutrición y ejercicio físico en el paciente con ERC”, organizada por Nutricia Advanced Medical Nutrition en Madrid.

Este especialista explica a DM que “los pacientes con ERC están sometidos a un proceso de pérdida progresiva del músculo por muchos factores relacionados con la degradación del riñón. Estos incluyen un aumento de los mecanismos de degradación del musculo por estrés oxidativo, acidosis metabólica e inflamación persistente; un empobrecimiento de los mecanismos de reparación y síntesis del músculo, como resistencia a la acción de la insulina, hormona de crecimiento o testosterona, y el proceso catabólico que supone la sesión de diálisis de por sí, unido a una pérdida pequeña pero continuada de los aminoácidos de la dieta en el filtrado de la sangre durante la diálisis”.

Se estima que entre el 30 y 50% de los pacientes en diálisis presentan el “síndrome de desgaste proteico energético”, y que alude a la confluencia en el paciente con ERC de un proceso de desnutrición (debido a una pérdida de apetito y en ocasiones a las restricciones dietéticas que deben mantener) y un proceso de hipercatabolismo (propiciado por los mecanismos descritos). Este síndrome se asocia a un empobrecimiento de la calidad de vida, a un mayor riesgo de ingreso hospitalario, eventos cardiovasculares y mortalidad.

“La manera de evitarlo es primero, implementando programas de identificación y tamizado en la clínica”, apunta Carrero y enumera algunos ejemplos como el “screening en los pacientes buscando síntomas de desnutrición/pérdida de músculo (cada 6 meses en pacientes no dializados en estadios 4-5; cada tres meses, en pacientes en diálisis); en pacientes con síntomas, exploración de causas de desnutrición/pérdida de músculo, y, en tercer lugar, implementar una terapia nutricional específica, que puede incluir diversas estrategias complementarios incluidas el uso de suplementos nutricionales, programas de ejercicio (preferentemente de resistencia), uso de agentes anabólicos ytratamiento de las causas desencadenantes (como la inflamación y la acidosis metabólica, entre otras)”.

Cada vez es mayor el colectivo de pacientes añosos en diálisis, un subgrupo de enfermos que requieren medidas específicas en cuanto a nutrición y ejercicio. Carrero indica que “la elevada edad de los pacientes usualmente limita la cantidad y la intensidad del ejercicio que se le puede prescribir. Sin embargo, cualquier mejora de la actividad física, por poca que sea, hace gran bien en esta población. El primer paso sería animarles a pasear, unos 30 minutos al día 3-4 días en semana. Este ejercicio leve se ha asociado con una disminución de la actividad inflamatoria, mejora de la capacidad de ejercicio y funcionalidad del musculo, y se asocia con una reducción en la tasa de ingresos hospitalarios. En el paciente anciano en diálisis (y en todos los pacientes en diálisis, por supuesto), es importante asegurarnos que consume en la dieta la suficiente cantidad de calorías y proteínas para compensar estas pérdidas/catabolismos. Las guías clínicas aconsejan una ingesta proteica de 1,0 ó 1,2 gramos por kilo de peso por día, y una ingesta calórica de 30-35 kcal/Kg/día. En una persona anciana de apetito y movilidad reducida es probable que estos requerimientos no se consigan de manera espontánea y el dietista, endocrinólogo o nefrólogo puede evaluar la necesidad de prescribir algún tipo de suplemento oral”.

https://www.diariomedico.com/especialidades/nefrologia/la-perdida-de-masa-muscular-por-enfermedad-renal-cronica-eleva-el-riesgo-de-mortalidad.html

Dra. Ana Mª Oltra. Coordinadora Blog Renal

Nefrología. CHGUV

Blog Escuela del Paciente Renal HGUV

La Escuela del Paciente Renal es un proyecto del Consorcio Hospital General Universitario de Valencía donde un grupo multidisciplinar compuesto por nefrólogos, psicólogos y nutricionistas tratamos aspectos de interés para pacientes con alguna patología renal o para aquellos que quieran conocer de una manera más profunda el mundo de la nefrología.

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